La reina Rania de Jordania es una de las figuras más icónicas entre las casas reales del mundo, no solo por su papel como monarca y activista entre las mujeres del mundo árabe, sino también por la increíble transformación física y de estilo que ha dado desde que ascendió al trono en 1999, con tan solo 28 años, y desde su juventud cuando aún no no estaba casada con su esposo. A lo largo de los años, su evolución física ha sido más que notable en la que ha recurrido a la cirugía estética en más de una ocasión. Sigue leyendo para descubrir cómo ha sido la transformación física de la reina Rania de Jordania desde su juventud hasta la actualidad.
Su juventud y ascenso al trono
Desde su juventud, Rania llamaba la atención por su elegancia y por su belleza natural. Cuando el mundo la conoció, su estilo era más conservador y clásico demostrando que pese a su juventud podía ascender a una posición de prestigio durante los primeros años de su relación con el rey actual de Jordania, Abdullah II. Aunque su imagen no dejaba de ser muy fresca, sencilla y natural ya que apenas tenía 23 años.
Pero en su ascenso al trono y a medida que su figura pública crecía internacionalmente, Rania de Jordania comenzó a experimentar con su estética dejando a un lado su estilo conservador y apostando por una imagen mas moderna y actual, sin dejar de lado la cultura jordana. Con este cambio, su apariencia física también cambió gracias de la medicina estética y a los tratamientos de belleza con los que cada vez, hemos podido ver a la reina con un mejor aspecto facial, sin líneas de expresión y con una piel firme y tonificada.
El recurso a la cirugía estética entre las royals europeas se ha vuelto cada vez más común, siendo un reflejo de lo importante que es para estas figuras públicas mantener una buena imagen física ante el escrutinio público y los medios de comunicación. Entre los cambios a los que la Reina de Jordania ha podido someterse desde su juventud recaen en la aplicación de ácido hialurónico y bótox, y en cirugías como la rinoplastia y blefaroplastia.
Los retoques estéticos de la reina a lo largo de su reinado
Uno de los primeros cambios notables en la reina fue la aplicación de bótox y ácido hialurónico en algunas facciones del rostro durante los primeros años de su reinado. Hasta entonces, mantuvo su imagen natural cambiando algunos elementos de su estilo, de sus peinados y de su maquillaje. Los pómulos y los labios fueron las primeras facciones que decidió mejorar aplicando toxina butolínica en los pólmulos para definirlos y conseguir un efecto 'glow', y ácido hilaurónico en los labios para conseguir más volumen y simetría entre ellos. Posteriormente, ha seguido utilizando estas técnicas en más facciones de su piel como en la frente, en las cejas y en la mandíbula, que lucen ahora un aspecto más firme.
También se ha podido someter a la cirugía de la blefaroplastia, que consiste en levantar la mirada eliminando la piel sobrante del párpado superior de los ojos a través de una pequeña incisión. Los cambios en esta zona han sido muy sutiles pero efectivos, contribuyendo a armonizar su rostro al completo. Con este retoque se consigue mantener una mirada fresca, despierta y sin flacidez, como la que luce ahora la reina Rania a sus 53 años.
La rinoplastia ha sido uno de sus cambios más recientes y significativos, ya que su nariz tiene un aspecto mas fino y perfilado que al que tenía en el pasado. Las comparaciones de fotografías oficiales a lo largo de los años muestran que antes lucía un puente nasal más recto y con una punta más redonda. Este cambio ha sido uno de los más comentados por los expertos en cirugía estética en la prensa.
En un momento vital donde la imagen tiene un impacto muy importante en el público, la reina Rania de Jordania no solo ha mejorado su belleza natural a través de la medicina estética, sino que también ha sabido fortalecer su presencia y su carisma en los diferentes actos públicos a los que asiste, permitiéndole a la vez, conectar con las nuevas generaciones por su imagen más moderna.
Un futuro rejuvenecedor
De cara al futuro, es más que probable que la reina Rania de Jordania continúe adaptándose a los tiempos tanto físicamente como en su posición monárquica. Su imagen es una de las más comentadas por la prensa y ahora luce con un aspecto mucho más rejuvenecido que no dejará perder. Además, su influencia es vital en las mujeres del mundo árabe en su motivación porque amen su propia belleza y las decisiones sobre su propio cuerpo.
La transformación física de la reina Rania de Jordania ha sido más que notable. Desde su ascenso al trono con un aspecto natural aunque clásico y conservador, ha ido encontrando su propia imagen y mejorando algunas zonas de su rostro con medicina estética con la que ha conseguido una imagen más actual, moderna y contemporánea.