Catorce años después del divorcio de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar es habitual ver al que fuera duque de Lugo en fiestas de 'alto copete'. Trabaja en el sector de lujo ejerciendo como consejero de varias firmas y, además, dirigiendo una marca de sastrería. Un intenso ritmo de trabajo que lleva a cabo dentro y fuera de su vivienda, la cual está situada en uno de los barrios más elitistas de la capital y donde mayor renta per cápita hay. 

Separado por una distancia de siete minutos en coche de su ex, quien reside en la zona de Niño Jesús, el aristócrata está feliz en su distrito. También con la elección de su casa, la cual compró dos años antes del cese de la convivencia con la Infanta Elena. En el año 2005 y a título individual pidió una hipoteca de tres millones y cien mil euros a pagar en 30 años, una cifra muy llamativa en aquella época. Bajo su punto de vista la propiedad merecía la pena y, por ello, hizo este desembolso sin pensarlo demasiado. 

Todos los detalles del tríplex del barrio Salamanca donde vive 

Se trata de un tríplex de 735 metros cuadrados que, según cuentan, está decorado con un gusto exquisito. Con varias plazas de garaje y trastero, comparte patio con otro dúplex, un privilegio al que no tienen acceso todos los vecinos de su bloque.

Decorado con la ayuda de la interiorista Rosa Bernal, el piso tiene tres plantas bien diferenciadas. En la primera está la cocina, un salón con chimenea, una biblioteca y una zona de servicio; en la segunda los dormitorios de sus hijos, así como una habitación de invitados y en la tercera y última el dormitorio principal y una pequeña piscina. Todo un lujo al que él no quiere renunciar. 

Boda infanta Elena y Jaime de Marichalar

Gtres

Vive solo, pero disfruta con la visita de sus hijos, quienes tienen una exquisita relación con él y quienes como Jaime apenas dan pistas de cómo es su vida más allá de sus redes sociales o los eventos. Es allí donde recibe a empresarios importantes y donde, de vez en cuando, sus hijos pernoctan cuando están en Madrid. La vivienda en cuestión está muy bien ubicada, ya sea por la cercanía a restaurantes, tiendas o planes de la ciudad. 

Una de las últimas declaraciones de Jaime de Marichalar a la prensa

Jaime de Marichalar apenas ha dado declaraciones en los últimos años. La última vez en el 2018 cuando habló sobre su marca: "La elegancia no tiene nada que ver con la prenda que llevas, es una actitud (...) Te prometo que jamás imaginé que iba a tener mi empresa. Pero bueno, llevo muchos años en esto y es una forma de aprovecharlos. Es una oportunidad de poner en práctica todo lo que sé", explicó en 'Vanity Fair'. En sus palabras ni una referencia a sus hijos o a su vida sentimental, de la cual no han existido noticias tras su ruptura con la Infanta Elena. 

A sus 61 años, Jaime de Marichalar siempre ha llamado la atención por su gusto por la moda. Lo demuestra a través de piezas como una pashmina, una capa castellana o corbatas arriesgadas, complementos que evidencian que tiene un estilo precursor. También ha sido noticia por sus tajantes respuestas a la prensa, por ejemplo, tras ver la luz las polémicas fotografías de don Juan Carlos y Bárbara Rey en actitud cariñosa. Lejos de dar su opinión, daba un portazo en el coche, dejando ver que ni entra ni entrará jamás en estas cuestiones. 

Consciente de los rumores que circularon hace algún tiempo sobre la posible venta de su casa, Jaime de Marichalar una vez más fue rotundo. "Ni vendo, ni estoy interesado en vender, ni he mirado ninguna otra vivienda por la zona para mudarme. No me voy de España y no dejaré una casa donde estoy encantado y que será la herencia que deje a mis hijos", aseguró a 'El Mundo'. 

La casa de la Infanta Elena es mucho más pequeña que la de su exmarido

Recientemente la Infanta Elena hizo una reforma integral por la que se tuvo que mudar de forma temporal. Su casa consta de 450 metros cuadrados, distribuidos en cuatro cuartos de baño, cinco dormitorios, un enorme salón, una espaciosa cocina y, además, una zona de servicio. En ella goza de casi total privacidad teniendo en cuenta que solo hay dos vecinos por planta, un punto muy positivo para la primogénita de don Juan Carlos y la Reina Sofía