Han pasado más de dos años desde que Carlos Marín muriera con tan solo 53 años. El artista de Il Divo falleció de coronavirus, que derivó en una neumonía de la que no pudo recuperarse. Una partida que dejó a la que había sido su mujer, Geraldine Larrosa (conocida como artista con el nombre de Innocence), totalmente destrozada.
La apertura del testamento tampoco fue nada fácil, ya que a partir de ahí comenzó una guerra en la que nuestra protagonista sigue batallando en la actualidad. El cantante le legó a Geraldine un piso a valorado en casi 700.000 euros, pero con una hipoteca todavía pendiente de 300.000 euros. Tras esto, la madre y la hermana del fallecido comenzaron una guerra mediática de tal magnitud que nuestra protagonista ha tenido que emprender medidas legales para intentar zanjar el asunto.
Geraldine nos abre las puertas de su casa y se rompe al hablarnos de Carlos. Todavía lo tiene muy presente, pero su vida continúa y quiere seguir con su carrera tal y como ha hecho siempre. Defiende que su nombre artístico (Innocence) y todo lo que ello conlleva es suyo y que por tanto le pertenece. Y es que, si bien considera que debería poder usar su imagen para la explotación artística, su ex familia política, la de Carlos Maríncree todo lo contrario.
Este hogar desprende mucha vida.
Sí, mucha vida, experiencias, Navidades, muchas fiestas... Aquí viví con Carlos y tuve una hija.
Parece una casa de cuento de hadas.
Es un castillo de princesas. Lo que más me gusta es que e es muy luminosa. Yo necesito que le dé el sol todo el día. Aunque haga calor. Como las flores, que necesitan siempre la luz del sol para crecer, a mí también me ayuda a crecer y a sentirme bien.
Tu hija Scarlett tiene 11 años, se lo pasará pipa en esta casa.
Para ella vivir aquí es un tesoro. Está teniendo una infancia que va a recordar toda su vida y luego hará ella su hogar. Además, aquí puede jugar con todas sus amigas, cantar, hacer distintas decoraciones…
¿Es artista como la madre?
Totalmente. Yo no me lo esperaba. Tampoco la obligué ni nada, pero un día Santiago Segura en el estreno de una película se fijó en ella y nos dijo que la llamaría. Al principio pensé que se quedaría ahí la cosa y cual fue nuestra sorpresa cuando nos llamó. Fue justo antes de que Carlos falleciera.
¿Y cómo lo vivió él?
Pues fue muy bonito. Porque Carlos estaba tremendamente contento y orgulloso de su ahijada y la quería como si fuera su propia hija. Él la enseñaba a cantar, a tocar el piano y a todo.
¿Le das consejos?
Sí, pero ‘en casa de herrero, cuchillo de palo’. A mí no me hace caso, hace caso a otras cantantes y también a otras profesoras (risas).
Geraldine, tras el fallecimiento de Carlos Marín: "Yo hago mucha meditación y a él lo coloco en un lado de mi corazón"
Hay muchas fotos de Carlos colgadas por las paredes. Me comentabas que para ti es cómo si siguiera aquí…
Es como si estuviera de gira y eso me tranquiliza, porque aún sufro crisis de ansiedad y de pena (llora).
Tranquila...
Es que, aunque nos hayamos separado o lo que sea, yo creo que al dejarlo libre él se acercó más a mí. Para él venir aquí era estar en su hogar.
Ha sido el amor de tu vida, ¿verdad?
Yo creo que sí, ha sido el amor de mi vida, totalmente, sí. Porque ha sido la persona que siempre ha creído de mí, que me ha escuchado, que me ha dado alas… Los dos hemos crecido juntos artísticamente. Yo trabajaba en la tele cuando él me conoció, estaba en Telemadrid, en ‘el programa Pasacalle, con Pilar Castro.
Tras su fallecimiento, ¿te costó retomar tu carrera?
Me ha costado mucho volver. Sucedieron muchas cosas y muy seguidas, Carlos antes de morir se había roto los tendones de Aquiles. Estuve mucho tiempo con él, ayudándolo en su recuperación, luego vino la pandemia... Ahí lo pasé muy mal y me costó mucho recuperarme y luego falleció Carlos. Ahora tengo proyectos muy bonitos.
¿Cómo cuáles?
Pues me han cogido como imagen una empresa de vitaminas de Noruega. No soy embajadora de la firma porque ellos no hacen publicidad, pero estoy muy feliz con esto. Y además, después me llamó la compañía El tío Caracol para hacer Desencantadas, una obra de teatro que es alucinante. Ellos me han apoyado muchísimo, porque llegué muy bloqueada y tan pequeñita… (se emociona).
¿Lo de Carlos ha sido una perdida que no se supera?
No se supera, ni se va a superar nunca, aunque es verdad que se aprende a vivir con ello. Yo hago mucha meditación y a él lo coloco en un lado de mi corazón, pero cuando de repente hay un silencio y estoy sola, me hundo. Todavía tengo crisis muy fuertes y palpitaciones. Nuestro rincón preferido era las Vistillas y sigo yendo porque es como hacer una especie de terapia. Siento que existe el más allá y Ainhoa Arteta, que lo ha pasado muy mal también, me ha dicho que no me preocupe porque él está aquí con nosotras.
Me imagino que tu hija fue tu mejor apoyo.
Totalmente, yo tengo muchos amigos que me han apoyado, pero mi hija también muchísimo porque es mi motor.
Geraldine nos habla sobre como se encuentra la guerra judicial con la familia de Carlos
Has estado con él prácticamente toda tu vida.
Antes de casarnos fuimos novios y vivimos juntos 16 años. Nuestro amor era muy natural, muy verdadero… Siento que Carlos me ha querido muchísimo. Y tengo que agradecerle también al universo que durante la pandemia hayamos estado felices y protegidos al mismo tiempo.
¿La pasasteis aquí?
No. Nos fuimos a una casita de campo que tengo.
¿Cómo se encuentra la situación con su familia?
De momento yo hago mi vida, continúo con mi carrera y voy a seguir siendo Innocence, siempre.
¿Ellos siguen empeñados en demostrar que son los herederos universales?
Inonocence es una creación de Carlos y mía,. Él apostó muchísimo por este nombre artístico y nadie lo va a deteriorar. Todo el mundo nos conoce desde hace 30 años y la gente sabe cómo éramos Carlos y yo. No tengo que justificarme en ningún momento porque mi vida privada con Carlos era mi vida privada y no se puede meter nadie y nadie. Yo nunca he opinado sobre la de ellos, tendrán su opinión y ya está. Carlos y yo lo hicimos todo mano a mano siempre. (La cantante prefiere después de esta conversación guardar silencio ya que todo esto se encuentra envuelto en un proceso judicial)
Volviendo a tu carrera. Me comentabas al principio que estás deseando que haya segunda temporada de Desencantadas.
Sí, porque fue una pasada. La gente salía supercontenta de la obra. El mensaje es muy bonito porque hablábamos de todo. No éramos ni feministas ni nada. A nuestros ‘príncipes azules ‘los queremos mucho, pero también hay momentos que hay que decir: “Hasta aquí llegué” (risas).
¿Y aparte de eso, qué más proyectos tienes guardados?
Pues ahora tengo un proyecto con un productor de ópera, un poco más apropiado ya para mi edad, porque tengo mis años.... Me apetece muchísimo hacer eso. También tengo proyectos audiovisuales que me apetece hacer también. Hemos escrito una serie y me parece muy divertida…
¿Nunca has pensado llevar tu historia de amor con Carlos o a la pequeña pantalla?Ah… Yo te digo que se vienen muchas cosas.