Han pasado más de dos meses desde que Gabriela Guillén diese a luz y tuviera en brazos a su pequeño. Fue el pasado 31 de diciembre cuando por fin le pudo ver la carita al recién nacido y desde entonces su guerra con Bertín Osborne no ha cesado. Aunque aún hay que esperar a que la justicia se pronuncie sobre si adjudicarle o no la paternidad al cantante, lo cierto es que la paraguaya está pasando por un dulce momento. Prueba de ello es que ha sido ahora cuando ha compartido la primera imagen del bebé.
A lo largo de todas estas semanas, Gabriela Guillén ha procurado proteger la intimidad de su hijo. De hecho, en una ocasión, llegó a perder los nervios ante la posibilidad de que los reporteros gráficos que estaban a las puertas de su casa captaran al pequeño. No obstante, la joven se ha saltado su máxima y ha gritado su amor por su pequeño a los cuatro vientos. Se trata de la primera fotografía pública del recién nacido y en ella aparece la fisioterapeuta sosteniendo la manita del bebé. Junto a la instantánea, la expareja de Bertín Osborne ha escrito un texto que, desde luego, es una clara declaración de intenciones: "Mi todo".
Está claro que para Gabriela Guillén su hijo, del que todavía no se sabe su nombre, es todo su mundo. Se desvive por él para darle una vida de calidad y está luchando contra viento y marea para que la justicia determine que es hijo de Bertín Osborne. Mientras tanto, la joven se está encargando de que los amigos del cantante conozcan al pequeño. En concreto, hace unos días salía de su casa para encontrarse con El Turronero, el empresario que llamó a la fisioterapeuta cuando dio a luz. Según contó ella misma, este se preocupó mucho por ella durante el embarazo y es por eso que ha querido que esté presente en la vida de su hijo.
Bertín Osborne no quiere ejercer de padre
Tras nacer el pequeño, Bertín Osborne fue muy tajante y reconoció que entre sus planes no entraba ejercer de padre de su séptimo hijo. A sus 69 años se negaba a ejercer ese rol: "Si se confirma que es mío, ayudaré. Yo tengo una responsabilidad, tengo mucha familia. Tengo hijos, nietos... Sería una irresponsabilidad no hacerme las pruebas". Unas declaraciones que no sentaron nada bien a Gabriela Guillén y que provocaban que esta asegurara que no tenía ningún tipo de relación con el presentador. Además, llegó a dejar claro que ni le había llamado tras enterarse de que había dado a luz.
Bertín Osborne "se puso agresivo" al conocer que Gabriela Guillén estaba embarazada
Pocas semanas después de darle la bienvenida a su hijo, Gabriela Guillén dejaba de estar en silencio y se sentaba en un plató de televisión para hablar alto y claro sobre la relación que había mantenido con el cantante. Un testimonio desgarrador en el que confesó haber temido por su vida. A lo largo de todo este tiempo, ella se ha sentido muy decepcionada con Bertín Osborne, pues considera que ha cometido muchos errores.
"Él siempre me advirtió que esto iba a ser un caos cuando se supiera nuestra relación. Cuando salió la noticia yo me molesté un poco y estaba decepcionada. Me sienta mal que me considere una amiga más. Me decepcionaron sus declaraciones en su momento. Luego me lo explicó y me dijo que era para calmar un poco las aguas", contó en '¡De Viernes!'. La joven explicaba también que el cantante cambió de actitud nada más conocer que se había quedado embarazada. "Se puso agresivo. Me dijo que si tenía al bebé la relación terminaba. Me pareció un feo que me diera esa opción: decidir entre él o el niño. No podía aceptarlo. Le dije que yo iba a sacar adelante al niño sola", insistía.
En esta aparición en televisión, Gabriela Guillén también hacía público que el cantante le había obligado a que se fuera a Paraguay para dar a luz, algo a lo que ella se negó. "Yo le dije que no era una delincuente y que iba a tener el niño aquí. No tenía que esconderme por estar embarazada", llegó a relatar. A este respecto, la joven ha tomado la decisión de darle sus apellidos a su hijo y está a la espera de que el cantante se haga las pruebas de paternidad. Eso sí, siempre ha mantenido que estas debían hacerse en un instituto de toxicología para garantizar así la imparcialidad del proceso.