La ausencia de sus padres, Carmen Ordóñez y Paquirri, su primer matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo, la relación con sus hermanos y su gran amor. Fran Rivera ha repasado algunos de los temas clave durante su última entrevista en televisión. El diestro se ha sincerado junto a Toñi Moreno en 'Déjate querer' y se ha rendido ante la mujer de su vida: Lourdes Montes. "Es la persona que me hace querer ser mejor. Y por la que soy cada día mejor. Lo mejor que me ha pasado en mi vida, aparte de mis hijos".
"La mayor suerte que he tenido ha sido Lourdes. Me tocó el Euromillón como se dice. ¡Anda que es fea! Es brutal. Una mujer excepcional. Tiene una cabeza increíble y muy privilegiada", ha contado el diestro sobre su media naranja. También ha destacado de la diseñadora su inteligencia, su clase inconfundible y su faceta de madre. "¡Cómo me lleva! Hasta las discusiones son buenas. Sí que es una gran desconocida. Ella es la que lleva el timón de mi casa".
Fran Rivera se pronuncia sobre sus hermanos
El torero no ha querido entrar en cómo está actualmente la relación con sus hermanos, Kiko Rivera, Julián Contreras y Cayetano Rivera. Aunque sí que ha indicado que la exposición mediática nunca ha ayudado. "Yo me enfado con mis hermanos y parece que se para España. Todo eso gestionarlo es más complicado. Cuando todo el mundo opina y te dice lo que tienes que hacer, no es fácil". Ha subrayado que deberían estar acostumbrados, pero no lo están. "Dices algo y te lo examinan, lo estrujan y sacan conclusiones que son peores".
Otro de los grandes amores de su vida es su hija mayor, Tana, fruto de su primer matrimonio con Eugenia Martínez de Irujo. "Es brutal. La veo y digo: 'Es mi madre'. Se conocieron, pero poco. Mi madre habría disfrutado con Cayetana que nos hubiera dado miedo. Eso hubiera sido digno de ver". Durante esta última intervención televisiva ha hablado con mucha dulzura de su progenitora y ha presumido de ser su hijo favorito. "Teníamos una relación muy especial. Yo soy un calco de mi madre, a Dios gracias".
Los dos pilares de su vida
La muerte de Carmina fue uno de los mazazos más duros que recuerda. "Estuve tiempo enfadado, pero hubo un momento en el que entendí que una adicción es una enfermedad. Hace mucho daño a todos lo que están alrededor porque ves que se está autodestruyendo". Además, ha contado que la adoraba y que continúa echándola de menos. Respecto al fallecimiento de su padre en plena faena, no ha podido más que señalar lo siguiente: "Fue una putada grande. Tengo muchos recuerdos, pero era pequeño y me falta información. Era una persona excepcional. Me gusta preguntar a la gente que estuvo cerca de él. Así me hago una idea". Solo hay una pregunta que le quita el sueño a Fran Rivera: si su progenitor estaría orgulloso de él.