No solo los amantes de 'Aquí no hay quien viva' saben del envidiable sentido del humor de Fernando Tejero . El actor ha hecho carcajear a gran parte de la audiencia, sin embargo, detrás de su sonrisa esconde dificilísimos episodios. Sucesos que tuvieron lugar durante su infancia y adolescencia y que acaba de narrar en 'La ventana de la tele' de La Ser. Aunque trata de superarlos con terapia, para él contar ante miles de oyentes también le ha servido para explicar cómo se siente. "Me fui a vivir con mis tías, es por estas cosas absurdas que se hacían en el sur. Yo fui un niño prestado y ahí sufro un abandono. No culpo a mis padres porque ellos no son conscientes de lo que eso iba a suponer para mí a la larga", ha comenzado diciendo.
Años más tarde tuvo que volver con sus padres, lo cual le dejó una huella que todavía recuerda. "Cuando tengo 14 años, mi tía enferma de cáncer y tengo que volver a casa de mis padres. Para mí es otro abandono que me ha pasado mucha factura a lo largo de los años y que me sigue pasando. Uno porque está con psicólogos y terapias, y hace lo imposible por llevar esta vida lo mejor posible, pero mi infancia y adolescencia es para escribir una película", añadía. Era en ese instante cuando relataba lo difícil que había sido vivir la homosexualidad siendo un niño. "Yo viví una época jodida, muy jodida. De pequeño es verdad que yo tenía mucha pluma, y ya me insultaban, me llamaban maricón... me llamaban de todo", apuntaba.
Unas palabras que seguían con una terrible confesión: "Abusaron de mí sexualmente, un chico mayor que yo. Y claro, yo no quería aceptarme tampoco por la sociedad, por mi familia... Entonces, yo me quité la pluma a base de corregirme yo mismo. Yo tengo la voz ronca hoy y tartamudeo por no poder expresarme tal cuál era". Tampoco fue para él muy complicado gestionar la mala relación que existió con su padre, con el que tuvo que trabajar mano a mano y cuya época cree que le ha influido negativamente. "Me llevaba muy mal con él, muy mal. Yo era muy querido por las clientas porque a mí me encantaba darles charla, cosa que mi padre detestaba porque lo que quería era que se vendiese muy rápido. Mi padre es el responsable de que yo esté medio tarado hoy", finaliza.