Estefanía Carbajo, más popularmente conocida por todos como Fani o “Estefaníaaaaaaaa” tras el grito desesperado de su novio, Christofer, tras ver las tórridas imágenes con Rubén en ‘La isla de las tentaciones’, se encuentra disfrutando de unas vacaciones familiares en Ibiza. La televisiva ha elegido la isla pitiusa como escondite perfecto para su descanso vacacional, después de haber encadenado ‘La isla de las tentaciones’, ‘Supervivientes’ y ‘La casa fuerte’ en tan solo cuestión de meses. Pero la vida frenética para ellos no ha terminado aquí, dado que entre manos se traen la laboriosa tarea de idear una boda perfecta, la cual tendrá lugar, si todo sigue su curso, el próximo 28 de agosto.

Aunque son muchas las voces que aseguran que este enlace no va a producirse, nada hace indicar que entre la pareja exista crisis o desavenencias irreconciliables que echen por tierra los planes de Fani de vestir de blanco y jurarle amor eterno a su novio. Al menos eso se desprende después de ver lo bien que se lo han pasado en su jornada playera en Ibiza, para recargar pilas a falta de tan solo una semana de la importante fecha fijada en su calendario. Un viaje que dista mucho de ser el típico de enamorados, dado que junto a ellos se encontraba no solo el hijo de Fani, sino también Macarena, la novia de Rafa Mora, que ha decidido hacer una escapada a la isla de moda para los famosos y así reencontrarse con su amiga de concurso.

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Un duelo de cuerpazos entre las amigas, del que aún no se encuentra firme vencedora. Fani eligió para la ocasión un escueto bikini que poco o nada deja para la imaginación. Un look normal en la temporada estival y más en el enclave de lujo en el que se encuentra, que coronó con un llamativo vestido de rejilla plagado de pedrería que le hacía brillar por encima del resto de bañistas, por si por algún casual llega a pasar desapercibida en algún momento.

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Más allá de su look, Fani supo también sacar partido a su día en la playa, entre refrescantes baños para paliar el calor, mientras tuesta su piel al sol y tras dar buena cuenta a un exquisito menú en un restaurante a pie de playa. También aprovechó muy bien el tiempo con el que está llamado a ser su futuro marido, Christofer, con el que le vimos charlando animadamente, aunque cierto es que no fuimos testigos de muestras de cariño. Algo que podría avivar los constantes rumores de que entre ellos hay una profunda crisis que ha puesto en jaque la celebración de su boda. Aunque de nada de tal extremo hay evidencia en las fotografías que acompañan a estas líneas, sino, echa un vistazo y juzga por ti mismo: