Para Esmeralda Moya contar qué le sucede a su padre no le ha sido nada fácil. Desde hace seis años tiene que lidiar tanto ella como su familia con una enfermedad que padecen en total 150.000 personas en nuestro país. Una dolencia crónica y progresiva que llevaba en secreto desde hacía mucho tiempo. No quería descubrir esa parte de su vida hasta que ahora ha escrito una desgarradora carta que ha emocionado a sus seguidores. En ella no solo se contagia la admiración que siente hacia él, también el dolor que siente al ver cómo poco a poco aparecen nuevos síntomas.
"Es un hombre fuerte y valiente. Mi padre lucha y es un león, siempre lo ha sido y nunca dejará de serlo. Además, es mi héroe, la persona (junto a mi madre) que me ha enseñado a ser una mujer libre e independiente, el hombre que me ha enseñado a defenderme en la vida sin prejuicio ni rencor", comienza diciendo. "Lucha cada día para que su movilidad, sus fuerzas y sus ganas no se vean afectadas con el paso de los días y su cabeza no nos abandone. Al principio, cuando empezó todo, no encontrábamos explicación, ni sabíamos por dónde tirar para ayudarle. Nos llegó como una losa que no sabíamos mover para ver la luz, porque las personas no estamos preparadas para encajar cuando llega las cosas de manera inesperada", añade.
Un escrito en el que echa la vista atrás y en el que revela el temor que siente a perderle. "Quiero que estén conmigo siempre y no quiero que se acerque el final. Quiero seguir llamándoles, contando con ellos cada día, comiendo, cenando, riendo (quien me conoce sabe que siempre estoy con ellos contra viento y marea). Quiero parar esta enfermedad tan maldita que golpea sin piedad y de manera descarada contra los enfermos y familias. Deseo con todas mis fuerzas que frene, que se estabilice, que no avance, pero el tiempo corre como arena entre mis manos y es un dolor desgarrador", explica. Aunque no ha desvelado qué síntomas le acompañan en su día a día, los expertos hablan de temblores, sacudidas rítmicas, rigidez muscular, falta de equilibrio o cambios en el habla, entre otros.
El padre de Esmeralda Moya padece Parkinson
Agradecida a todos aquellos que le han empujado para que siguiera hacia adelante y a los que le han hecho sentir ese calor que en estas situaciones se necesita, Esmeralda Moya quiere poner nombre y apellidos a lo que padece su padre. "Hoy es la primera vez en 6 años que hablo de esta enfermedad tan dura y que me va quitando poco a poco a mi padre, pero que gracias a mi madre, mi marido, amigos, los médicos, y la asociación (como os decía), nos sentimos muy acompañados y desde aquí quiero daros las gracias a todos. Mi padre tiene Párkinson. Y sí, a pesar de todo sigue luchando, sigue siendo valiente y un león. Y lo más importante, mi héroe. Y siempre lo será", ha escrito con lágrimas en los ojos. Esto le reconforta y le recuerda la valentía que desde hace más de 2000 días demuestran ante la vida.