Solo aquel que tiene un familiar cercano con una enfermedad crónica degenerativa sabe lo que sufre y el inmenso dolor que supone perderlo cada día un poquito más. El amor cura, pero a veces no es suficiente y, en esos momentos, solo podemos cogerle fuerte de la mano, mirarle a los ojos y prometerle que nunca le soltarás.

Esto es algo que sabe muy bien la actriz Esmeralda Moya (39), de cuya mano hemos conocido los rigores del parkinsonismo que padece su padre (65), en su caso, tal como cuenta la actriz, "asociado a una demencia", que tuvo su origen en un derrame cerebral que sufrió a los 55 años y que, día a día, le va quitando un pedacito de vida, pero a la que ella y su familia hacen frente unidos.

Desde 2017, Esmeralda ha hecho frente a la enfermedad de su progenitor con mucha entereza, aunque eso no impide que, como ocurrió hace unos días, tenga momentos de bajón en los que, cogida de la mano de su padre, muestre su dolor: “Para espantar la soledad… Desde aquí abrazo a todas las personas que están pasando momentos duros y difíciles como los que estoy viviendo yo. Es muy duro, el momento más terrible de mi vida, pero seguimos luchando. Siempre juntos papá, jamás te soltaré. Lo prometo de aquí a la eternidad”.

Esmeralda Moya: su momento más duro

"Desde aquí abrazo a todas las personas que están pasando momentos duros y difíciles como los que estoy viviendo yo. Es muy duro, el momento más terrible de mi vida, pero seguimos luchando. Siempre juntos papá, jamás te soltaré. Lo prometo de aquí a la eternidad", afirma Esmeralda Moya.

Foto: Redes sociales

Momentos duros de los que la actriz, conocida por sus trabajos en series como 'Servir y proteger' (TVE) y 'Eva & Nicole' (Antena 3), sale gracias a su fortaleza y tesón, y a la ayuda de sus seres queridos: “Agradezco a todas las personas que están a mi lado, a mi madre, mi marido, mis hijos, que son mi refugio, mi vida entera. A mi legión de amigas que están a mi lado, las que están a cualquier hora al otro lado del teléfono, a las que sacan siempre hueco para llamarme, para verme y abrazarme, a las que me dan la mano y no me sueltan, en definitiva, a mis amigas y mi familia bonita”.

El valor de la familia

Durante seis años vivió en la intimidad la enfermedad de su padre, pero el 2 de mayo de 2023 todo cambió. Ese día, Esmeralda Moya hizo público su dolor con el objetivo de ofrecer visibilidad, voz y ayuda a otras familias que estuvieran pasando por su misma situación. "Hoy es la primera vez en seis años que hablo de esta enfermedad tan dura y que me va quitando poco a poco a mi padre pero que, gracias a mi madre, mi marido, amigos, los médicos y la asociación, nos sentimos muy acompañados. Mi padre tiene párkinson. Y sí, a pesar de todo sigue luchando, sigue siendo valiente y un león".

Una dura situación que ha cambiado completamente la vida de la actriz y de su familia, pero también su escala de valores y prioridades.  "La enfermedad avanza y pisa fuerte como un gigante en medio del desierto. Sin piedad. ¿Pero sabéis que es lo que me regaló este año? Tiempo para estar con él y disfrutarle. Tiempo para cuidarle y quererle más aún. Tiempo para estar con mi madre y luchar como dos leonas. Y sí, aún con todo, doy gracias a la vida, gracias a que el tiempo no me ha arrebatado aún a mi padre", se sincera la actriz.

Esmeralda Moya: una familia unida

La actriz madrileña siempre ha estado muy unida a sus padres, de los que ahora está aún más pendiente.

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Y es que esta es una tarea de equipo, en la que se demuestra de qué pasta están hechas las familias de verdad. Aquellas que quieren y cuidan sin pedir nada a cambio y que se sienten recompensadas con una sonrisa o una mirada cuando las palabras ya no son posibles. Valores que Esmeralda está inculcando a sus dos hijos. "Un abuelo es importante en la vida de un niño, pero un nieto es fundamental para la vida de un abuelo. Esta unión es incondicional", confiesa la actriz, casada actualmente con el militar Jaime Llopis.

Su boda soñada

Es así, mirando la vida a través del filtro del valor de la familia y del optimismo, como Esmeralda ha podido disfrutar de momentos tan únicos en su vida, como el día de su boda con Jaime.

"Cada vez pienso más que todo tiene un por qué en esta vida y que las casualidades no existen. El año pasado celebramos la boda Jaime y yo, creo que si hubiéramos esperado un año más no hubiéramos podido disfrutarlo tanto con mi padre. Recuerdo perfectamente lo contento que estaba y todo lo que disfrutó ese fin de semana con la familia y amigos en Altea. Jaime y yo nos casamos en 2020, pero por la pandemia no pudimos celebrarlo. El 2022 fue un punto de inflexión, sentíamos que no podíamos postergar más una celebración tan bonita. Cada día pienso en la suerte que tengo de poder estar contigo y cada día un pedacito de mí se va contigo. Siempre estarás en mí, aunque a veces no lo recuerdes, aunque cada día te puedas ir olvidando de mí… Te quiero papá", contaba la actriz a comienzos de este año.

Esmeralda Moya: su compañero de vida

Esmeralda está felizmente casada con el militar Jaime Llopis, que es su gran apoyo cuando las fuerzas le flaquean. 

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Sin embargo, la madrileña, consciente de que no todo el mundo que padece esta enfermedad se encuentra en su situación, siempre que tiene oportunidad, ofrece su ayuda para quien necesite una mano amiga: "Recibo una gran cantidad de mensajes de gente que me pide ayuda. Les facilito la información que necesitan sobre la asociación y sobre las etapas tempranas de la enfermedad, que la gente es cuando más perdida está. Si no di el paso antes fue por respeto a mi padre, pero cuando él me dijo: ‘Hija, hazlo, porque creo que puedes ayudar a mucha gente como a nosotros nos están ayudando’, ahí empecé. No todo el mundo tiene la suerte de mi padre, hay gente que está muy sola, que necesita que la cojan de la mano y que les miren a los ojos, aunque no sepan dónde están", afirma visiblemente emocionada.

Esmeralda Moya: la niña de sus ojos

"Yo sé que siempre seré la niña de tus ojos, lo veo en tu mirada aunque ya no me lo digas", ha confesado la actriz en una de las emotivas cartas abiertas que dedica a su padre.

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"La niña de sus ojos"

Muestras de amor y cariño que Esmeralda no deja de dedicar a su padre, aunque ya muchas veces no obtenga respuesta. "Yo sé que siempre seré la niña de tus ojos, lo veo en tu mirada aunque ya no me lo digas. No puedo explicar todo lo que llevo viviendo estos últimos años con mi padre, pero prefiero cerrar los ojos y creer que nada ha cambiado, que me recuerda, que me escucha, que me hace cosquillitas cuando vemos la tele, que me acompaña al trabajo, que me ayuda a arreglar cosas de la casa, que me llama para saber dónde estoy por si se pasa a verme… Y no puedo negar que sueño cada noche con despertarme e ir a verte y ver que todo sigue igual, que haces tu vida con mamá".