'El Hormiguero' de Pablo Motos recibe esta noche a las a las actrices Cayetana Guillén Cuervo y Macarena Gómez. El tándem de intérpretes acude al espacio de Trancas y Barrancas para charlar sobre el movimiento The Silver Credit, del que son embajadoras y que reivindica la creación de más papeles protagonistas para mujeres mayores de 50 años. La ocasión resulta fantástica para que nos adentremos en la singular vivienda de Gómez. La actriz que da vida a Lola Trujillo en ‘La Que se Avecina’ vive en una granja rodeada de animalitos.
Un antiguo molino del siglo XVIII
Macarena, su marido Aldo Comas y el hijo de ambos, Dante (que este año cumplirá diez) abandonaron Barcelona en plena pandemia para asentarse en un molino del Alto Ampurdán. Se trata de un auténtico paraíso natural donde la singular familia cultiva su propio huerto, monta a caballo y convive con alpacas, llamas, y gallinas... ¡Es un espacio único!
Según cuentan, la propiedad era el molino del pueblo y data del siglo XVII. “Aquí se prensaba el grano para convertirlo en harina y de él provenía el pan que entonces comían los vecinos”, explican. Cuando la adquirieron estaba en pésimo estado pero a base de paciencia y creatividad la pareja lo ha remodelado con sus propias manos. “Hemos mantenido la casa principal tal y como estaba, ya que creemos en conservar la esencia de las construcciones. Sin embargo, el granero lo encontramos en muy mal estado y decidimos transformarlo en un estudio tipo loft”, explica la actriz enchida de orgullo.
La casa es un fiel reflejo de la personalidad de la familia y en su decoración convergen diferentes estilos con una gran imaginación. Tal y como hemos visto en sus redes sociales y en algunos reportajes que han realizado para distintas publicaciones, allí priman los colores vivos y los estampados que combinan a la perfección con el color azul de salón y muebles de estilo nórdico. No es de extrañar ya que el arte es una de las grandes pasiones de la pareja.
La vivienda hizo florecer la vena artística de Aldo que aprovechó para construirse un estudio en el que da rienda suelta a su creatividad. Allí ha creado grandes obras de arte que ya cuelgan en paredes y que incluso se han expuesto en diferentes espacios.
La actual vivienda de Macarena, Aldo y Dante empezó siendo una residencia vacacional, pero a raíz del confinamiento del Covid decidieron instalarse en plena naturaleza. "Descubrimos que la calidad de vida que puede tener un niño criándose en el campo, andando descalzo, jugando con animales y yendo a un colegio rural supera con creces a la que ofrecen las grandes ciudades". Una educación muy saludable y hippy al mismo tiempo.
Críticas en redes
Junto a ellos, un montón de animales de diversas procedencias y divertidos nombres. Alpacas de los Andes, emúes de Australia, ovejas, vacas, cerdos o patos que responden a los apelativos de Carnito, Pirulín, Mantequilla, Limusina, Melchor, Gaspar, Baltasar, Vaca Barbie, Patata… la simpática familia impregna de su divertida impronta a todos los elementos de su singular granja.
Este parque zoológico también les ha provocado su consiguiente oleada de críticas en las redes sociales, como no. El hecho de que estos animales no sean habituales ha provocado malestar entre algunos colectivos que siempre encuentran problemas a todo y así se lo hacen saber en los comentarios cada vez que publican alguna instantánea acompañados de alguna pieza.
Una sólida unión de más de 15 años
La historia de amor de Aldo Comas y Macarena Gómez comenzó en el año 2009 y en 2013 sellaron su compromiso en una peculiar boda. Son una de las parejas más estables del star system patrio. Según cuentan, el secreto de su estabilidad es “la admiración mutua y asumir que habrá alguna crisis”. “Es fundamental también poder reírse y no darles importancia a las chorradas”, ha señalado en alguna entrevista.La pareja reconoce que también hay conflictos. Macarena, por ejemplo, lleva fatal que Aldo sea “muy desordenado”.
La discreción es otro de sus grandes activos: “Jamás hemos vendido una exclusiva. No nos gusta exponernos”, cuentan. Tras su boda, en la que se colaron paparazzis en la iglesia decidieron llamar a todas las revistas para regalarles varias fotografías a cambio de restringir esas fotos realizadas en momentos íntimos.