Rocío Dúrcal y su marido, Antonio Morales, disfrutaron de una vida plena, de ensueño, junto a sus tres hijos, en una impresionante finca de más de 19.000 metros cuadrados. Esta vivienda está situada en el municipio madrileño de Torrelodones. Los cantantes y sus vástagos se establecieron allí en la década de los 70 y ahora años más tarde ha sido Shaila Dúrcal la que ha comprado el que fue su hogar. La propia intérprete de 'La gata bajo la lluvia' abrió las puertas de su casa a la Revista SEMANA en los años 90. A continuación, te mostramos el interior de la misma. 

Rocío Dúrcal junto a su hija en su casa de Torrelodones

Rocío Dúrcal junto a su hija en su casa de Torrelodones

Foto: SEMANA

La finca propiedad ahora de Shaila Dúrcal se erige entre rocas y encinas, al pie de la sierra de Guadarrama. Un particular refugio para la cantante, así como lo fue para el resto de su familia cuando habitaban allí años atrás. Ahora es la hija de Rocío Dúrcal la propietaria de la vivienda en donde vivieron tantos momentos de alegría y amor. Hay que recordar que esta pasó a ser propiedad de los tres hijos de los cantantes cuando fallecieron, pero fue la pequeña del clan la que tomó la decisión de comprarla. La superficie construida supera los 660 metros y cuenta con diversas, amplias y luminosas estancias. 

Para Shaila Dúrcal es un momento muy emotivo poder ser la propietaria de la vivienda a la que se mudó cuando tan solo tenía dos meses de vida. Este paso adelante tiene mucho significado para ella, puesto que ahora revivirá todos los momentos que ha vivido junto a sus padres y hermanos en ese hogar. Ahora, la cantante se encuentra en plena remodelación de la vivienda, y no es para menos, puesto que ha estado cerrada durante diez años. Es aquí donde también descansan parte de las cenizas de Rocío Dúrcal. Se encuentran en le impresionante jardín, que cuenta con una gran piscina. Hay que recordar que otra parte de las cenizas reposan en la Basílica de Guadalupe, en Ciudad de México. 

Rocío Dúrcal frente a un piano en su impresionante finca

Rocío Dúrcal frente a un piano en su impresionante finca

Foto: SEMANA

Hace algunos años, la propia Rocío Dúrcal abrió las puertas de su casa a la Revista SEMANA y pudimos ver qué había en el interior. En concreto, las estancias destacan por su gran amplitud y luminosidad, así como el impoluto parqué que recorre toda la casa. Las paredes estaban decoradas por recuerdos de su paso por los países en los que paraba gracias a sus giras. El salón estaba a doble altura y la estancia contaba con una coqueta chimenea que hacía las delicias de las noches de invierno. Además, los muebles por aquel entonces eran de lo más pintorescos y algunos de ellos estaban bañados en pan de oro. Por supuesto, también había una habitación destinada a la música. En ella, veíamos un gran piano de cola y varios discos de platino colgados en las paredes. 

Un hogar lleno de vida

No obstante, la joya de la corona se situaba en la zona exterior. El gran porche era escenario de las mejores reuniones familiares, así como la impresionante piscina, que servía de alivio ante las grandes temperaturas. Por el jardín correteaban los tres hijos de los artistas y también servía de inspiración para la propia Rocío Dúrcal. También era un espacio idóneo para el disfrute de los dos perros de la familia. En su momento, cuando la artista abrió las puertas a SEMANA con motivo de la celebración de sus 40 años en la música, el hogar estaba lleno de vida. Allí entraban y salían gente sin parar. Ya no solo su marido y sus hijos, también amigos. "Carmen es muy responsable y muy seria, aunque muy simpática. No le gusta meter la pata ni hacer el ridículo. Es muy trabajadora. Antonio, que está licenciado en Empresariales, nos ayuda mucho con los papeles y esas cosas, tiene todo controlado. Es muy tranquilo, está con su novia feliz y es muy casero. Compone muy bonito y tiene mucha sensibilidad. Shaila, la pequeña, es lo contrario a sus hermanos, es un torbellino de colores, no para en casa. Lleva dos temporadas haciendo coros en mis conciertos", así hablaba la artista de sus hijos en nuestra revista al mostrarnos su casa. 

Una vivienda llena de encinas

Durante su infancia y gracias a vivir en esta casa, Rocío y Antonio le inculcaron a sus hijos el amor por el campo. Crecieron rodeados de árboles, encinas y con una inmensa plataforma en el jardín en el que podían disfrutar de las vistas de la sierra. Hace unos años, la propia Shaila revelaba que una de las encinas había muerto y la habían aprovechado para ponerle farolillos.