Aunque la relación de Ana Soria y Enrique Ponce comenzó hace un año, las hijas del diestro todavía no conocen a la pareja de su padre. El torero prefiere ir poco a poco en ese sentido y no quiere precipitarse en ese primer acercamiento, por lo que ha decidido que su chica no acuda a la Primera Comunión de Bianca, una de sus hijas. De este modo, evitará tensiones y es que para Paloma Cuevas no sería en absoluto fácil afrontar esta situación en un día tan importante para ella. Aunque está previsto que lo celebren en la finca familiar, los invitados serán muy pocos y, por el momento, en la lista no aparece la joven almeriense.
Si bien es cierto que entre Paloma Cuevas y Enrique Ponce reina la cordialidad, al parecer no pasan por su mejor momento. De hecho, su divorcio está en un punto muerto y pendiente de la firma de él, un documento que multiplica la tensión entre los que fueran marido y mujer. Por el bien de sus hijas intentan no entrar en guerras, pero evitan verse y compartir tiempo juntos, así lo demuestra que Paloma Cuevas solo acuda a La Cetrina cuando sabe a ciencia cierta que el padre de sus hijas no está. Tal y como revela 'Informalia' este acontecimiento no será la cita que una a Paloma Cuevas y Ana Soria en el mismo tiempo y espacio.
Esto no ha provocado ningún enfado en la pareja, ya que Ana es consciente de que sería un mal trago para ambas partes fácil de evitar. Eso no quita que en sus respectivas redes sociales ambos se prodiguen amor eterno, siendo este fin de semana cuando los dos compartieron una misma storie en el que se demostraba de nuevo la complicidad que les une. Fue este domingo cuando el torero reapareció en Las Ventas, un día en el que una vez más Ana Soria prefirió no estar presente. Para ella es muy duro y difícil ser testigo de las corridas en las que Ponce participa, por lo que prefiere no asistir al tendido. Eso no ha evitado que se prodiguen amor públicamente y lo han hecho a través de un vídeo casero en el que se dan caricias y mimos cuando nadie les ve.
Aunque la diferencia de edad entre ellos es de 27 años, con el tiempo han demostrado que en su caso el amor está por encima de todo. Solo llevan un año de romance, pero ya viven juntos en un lujoso ático en Almería en el que están pletóricos junto a su mascota, un perro que adoptaron cuando ya eran pareja. Todavía queda esperar para descubrir el momento exacto en el que Ana Soria comenzara a adentrarse en el círculo más cercano de Ponce.