Daniel Sancho (31 años) estaba profundamente unido a su abuela. Él y la viuda de Sancho Gracia habían tejido una relación a prueba de bombas, prueba de ello, que el joven fijara su residencia en casa de Noela Aguirre. Disfrutaban al máximo de su tiempo en común hasta el que el pasado mes de agosto la vida se truncó. Especialmente para él, quien fue acusado del crimen de Edwin Arrieta en Tailandia, así como de su posterior descuartizamiento. Desde entonces, no había existido contacto entre ellos, a diferencia de con su padre, quien, por cierto, acaba de regresar a España tras el juicio.
Fue hace muy poco cuando una de las partes tomó cartas en el asunto. Nos referimos a la madre de Rodolfo Sancho, quien 'utilizó' a Carmen Bafalgón como mensajera. Consciente de lo complicado que es contactar con un preso en el sudeste asiático, la abuela de Daniel pidió a la abogada que le hiciera llegar un mensaje. Uno que, a buen seguro, el chef añoraba tras su entrada en la prisión de Koh Samui, donde permanece desde hace nueve meses.
El contenido íntegro del mensaje de Noela Aguirre a su nieto
Ha sido la asesora legal, Carmen Bafalgón, quien ha dado todos los detalles en Telemadrid. "Tenía la obligación de mandar un abrazo a su abuela y yo he hecho de transmisora", ha comentado en 'Juntos', espacio de la cadena autonómica. Emocionado y agradecido por ello, Daniel Sancho recibió este caluroso abrazo con muchas ganas. Las mismas que tiene de ver a ese entorno que todavía no se ha podido desplazar hasta Tailandia.
El hijo de Rodolfo se ha visto obligado a cambiar por completo su rutina. Pasó de tener una vida de ensueño en la que su abuela estaba muy presente a vivir en una celda hacinada y con estrictos horarios. Según contó su entorno más íntimo a SEMANA abuela y nieto iban a comer todas las semanas a buenos restaurantes de su barrio en Madrid.
"Era un planazo para los dos. Abuela y nieto se llevaban de maravilla", explicaba una persona que bien les conoce. Un plan completamente imposible en la actualidad que Noela, la abuela de Sancho, recrea todas las semanas en su cabeza. Fue en una de sus salidas cuando la prensa aprovechó para preguntarle por su nieto: "Sí, vive conmigo, claro. Y seguirá viviendo hasta que se case y esas cosas. Confío en su verdad".
Aunque su abogada no ha dado demasiados datos de cuál fue la reacción de Daniel tras recibir el mensaje de Noela, sí ha aclarado que se lo tomó "bien". Un recado, sin ningún género de dudas, muy especial sobre el que no ha comentado ni una palabra más. Sí que lo ha hecho sobre el perdón de Sancho, esa disculpa sobre la que tanto se ha hablado tras el comienzo del juicio.
"Daniel Sancho ha pedido perdón muchas veces"
A pesar de que se ha llegado a decir que Daniel no ha pedido perdón, su equipo legal lo niega. "Él se muestra arrepentido de lo que él reconoce. En los días en los que yo he estado presente pidió perdón durante cinco ocasiones. El dolor de esa familia es no se puede explicar, es durísimo. No habrá nada que les consuele", asegura la letrada.
La razón por la que Daniel está en el módulo de Enfermería en prisión
Justo ella ha sido la que ha despejado una de las dudas que acompañan a Daniel desde hace meses. Hay quien se pregunta la verdadera razón por la que continúa en el Módulo de Enfermería, cuando en realidad está sano. Lejos de lo que se pudiera llegar a pensar, Sancho arrastra problemas de salud a los que, quién sabe, si podrá fin tras su entrada en prisión. "Se acreditó que él tiene una dolencia de espalda que requiere de intervención quirúrgica. Él está valorando si hacérsela o no", explica.
Será un año después de la muerte de Edwin Arrieta, el cirujano colombiano, cuando Daniel Sancho sabrá su futuro. Y es que hasta el 29 de agosto no se espera una sentencia, por lo que hasta esa fecha no sabrá si le condenan a muerte. Lo que sí han asegurado varios periodistas enviados a Tailandia es que no hay indicios suficientes para demostrar que se trató de un asesinato planificado y que, además, tampoco está 100 % seguro que vaya a ingresar en la famosa 'Bangkok Hilton'.
Esto sitúa al acusado en dos escenarios posibles. Uno de ellos un homicidio imprudente, por el que sería condenado a 15 o 20 años o homicidio doloso, de cuatro a seis años. Por el momento, lo único confirmado son los tres delitos de los que le acusan tanto la Policía como la Fiscalía: asesinato premeditado, ocultación del cadáver y destrucción de documentación ajena.