José Luis Martínez Almeida y Teresa Urquijoya son marido y mujer. La pareja se ha dado el "sí, quiero" este sábado, 6 de abril, en una romántica ceremonia que no se ha querido perder nadie. Ni el Rey Juan Carlos y sus hijas, las Infantas Elena y Cristina. Tras la ceremonia religiosa, los 500 invitados se desplazaban hasta la finca de la abuela de la novia para celebrar por todo lo alto el banquete y posterior recena. En medio de todo esto, el alcalde de Madrid ha dado un emotivo discurso en el que ha hecho hincapié en lo afortunado que se siente al haber encontrado a la joven.
Según ha revelado 'Fiesta', José Luis Martínez Almeida ha comenzado su discurso acordándose de sus padres, ya fallecidos, y ha dado las gracias a los Reyes eméritos por acompañarle en este día tan importante para ellos. En sus palabras, el alcalde de Madrid ha recordado un consejo que le dio su madre en vida: "Nunca dejes de creer". Fue en ese momento cuando apareció Teresa Urquijo en su camino. "Fue una bendición que Dios ha puesto en mi camino", ha admitido.
Por otro lado, Almeida ha continuado hablando y ha reconocido que se siente tremendamente afortunado por tener a la joven a su lado. "Tengo la obligación de estar a la altura de esta mujer y hacerla feliz y devolver esta bendición en forma de hijos o de hijas", aseveraba. A pesar de la profundidad de sus palabras, lo cierto es que el alcalde de Madrid también ha tenido tiempo para hacer algún que otro chascarrillo. "No sé qué habrá visto en mí, pero ahora no tiene marcha atrás", afirmaba entre risas. Un discurso muy emotivo que estamos seguro de que ha arrancado alguna lágrima entre todos los presentes.
Según ha trascendido en las últimas horas, los Reyes eméritos se han sentado juntos en la misma mesa. Hay que recalcar además que Doña Sofía optaba por acudir directamente al banquete y no hacía acto de presencia en la ceremonia religiosa. Hasta la iglesia sí que acudía su marido, así como sus hijas, quienes estaban acompañadas por sus hijos, Victoria Federica, Froilán y Juan Urdangarin. Las hermanas del Rey Felipe VI se convertían en unas de las invitadas con los mejores looks.
En la finca de la abuela de Teresa Urquijo, de 25 hectáreas, todos han podido degustar un exquisito menú elaborador por el mítico restaurante Lardhy. Entre los platós encontramos salpicón de marisco, solomillo de Wagyu a baja temperatura de segundo y dos postres. La celebración durará hasta la medianoche y los novios también ofrecerán una recena a los que se queden hasta el último momento. Para deleitar a los invitados se servirá una selección de quesos, embutidos, minipizzas y perritos calientes. Además, habrá barra libre de vinos, cervezas y copas.
De los detalles que han trascendido del interior de la finca se conoce que las mesas del banquete llevan nombres de los sitios más ilustres de Madrid. Entre ellos, la Puerta del Sol, la de Alcalá, el Parque del Retiro, la Plaza de Cibeles o la de Neptuno. Pero no solo eso, también se ha conocido que los recién casados bailarán un chotis, el típico baile de la capital, y no un vals, como manda la tradición. Y no es para menos, puesto que todo ha sido cuidado al detalle para que la ciudad en la que ambos han nacido esté más que presente. Sin ir más lejos, el propio político llevaba un pin en la solapa de su traje de novio gris, que es la miniatura de la insignia de la alcaldía de la capital española.
El vínculo de Almeida con la monarquía
Son muchos los que conocen la relación que existe entre la novia, Teresa Urquijo, con la Familia Real. Es decir, que la joven sea nieta de Teresa de Borbón, prima hermana del Rey Juan Carlos, es vox populi. Sin embargo, pocos conocen que José Luis Martínez-Almeida también está ligado a ellos. Su abuelo paterno fue un prominente monárquico durante la era franquista. Pablo Martínez-Almeida era miembro del Consejo Privado de don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos I y abuelo de Felipe VI. La relación entre ellos era tan cercana que el abuelo de Martínez-Almeida solía reunir a personalidades influyentes de la época en su residencia de Madrid. Allí, se llevaban a cabo tertulias donde los consejeros de don Juan de Borbón le brindaban asesoramiento sobre cómo restaurar la monarquía en nuestro país.