El pasado día 29 se cumplían dos años desde el fallecimiento del ex ministro Miguel Boyer. El que fuera marido de Isabel Preyser descansa en el cementerio de San Isidro, en Madrid. Sobre su testamento aún corren ríos de tinta, aunque Ana Boyer, la pequeña de sus hijas y la única que tuvo con la reina de corazones, dijo hace algunos días que están a punto de conocer cuáles fueron las últimas voluntades de su padre.
Además de Ana, Boyer tuvo otros dos hijos con su ex mujer, Elena Arnedo, Laura y Miguel. No es una novedad para nadie que entre los hermanos apenas existe relación. Por ello llama la atención que por una vez estén de acuerdo, y es que ni ellos, ni Ana, ni siquiera la propia Isabel acudieron en el día de su segundo aniversario al cementerio.
Tampoco vimos una corona o un ramo con el nombre de alguno de ellos, lo cual no quiere decir que no hayan recordado al difunto, pues muchas veces la procesión va por dentro. Sin embargo, alguien si se molestó en enviar un centro.
Se trata de un centro misterioso, puesto que no hay pista alguna que indique de quien puede haber sido la iniciativa de ponerlo allí. Además, debe ser alguien que sienta mucho cariño por el ex ministro, pues las flores elegidas, que son de las más caras que se usan para este tipo de centros y el tamaño del mismo, indican que no han escatimado en gastos.
Segundo aniversario de su muerte
Ayer se cumplían dos años del fallecimiento de Miguel Boyer.
Una gran pérdida
Durante su entierro, se podían ver las caras de tristeza de todos los familiares y amigos.
A punto de conocer la herencia
Hace unos días, Ana Boyer dijo que falta poco para conocer el contenido de la herencia de su padre. Además, ha afirmado que con sus hermanos Laura y Miguel apenas existe relación, aunque han coincidido en el hecho de que no hayan acudido al cementerio en el segundo aniversario.
Corona anónima
Aunque ayer no acudió ningún miembro de la familia al cementerio donde reposan los restos de Miguel Boyer, alguien se había molestado en enviar un centro.
¿Quién lo envió?
Aunque no hay pista alguna de quién pudo haber enviado la corona, no escatimó en gastos, pues las flores elegidas con las más caras de las que se usan para este tipo de centros.