Más es menos. Esto es lo que ha debido pensar Tamara Falcó con su vestido de novia de Carolina Herrera. La marquesa de Griñón ha apostado por un ramo de paniculata estilo bouquet, el cual no ha terminado de gustar en las redes sociales. Son varios los que critican este complemento que representa fertilidad, plenitud y generosidad, pieza a la que ella apenas ha querido darle importancia en su outfit. Ha optado por la absoluta sencillez y ha escogido una flor que tiene como significado la inocencia, sin pensar en si al resto les gustaría o todo lo contrario. Quería ser ella y se dejó aconsejar, pero ha lucido lo que ella quería.
El ramo de Tamara Falcó, cargado de simbolismo
Cada vez es más común en las bodas, ya sea en el ramo de la novia, en los centros florales o en cualquier rincón del enlace. No tanto por su carga simbólica sino por la sencillez que tienen y el poco protagonismo que intentan acaparar. Tamara Falcó se ha decantado por esta flor viral que, sin querer, se ha convertido en tendencia en los últimos tiempos. Si bien hay quien lo combina con eucalipto para aportarle tintes verdes a esta pieza tan natural, la hija de Isabel Preysler ha querido que sean simplemente ramilletes de paniculata las que conformen su ramo para su gran día con Íñigo Onieva. Pero, ¿qué dicen en el universo 2.0 sobre ello?
Aunque hay opiniones para todos los gustos, el ramo de Tamara Falcó ha sido comparado con "ajos tiernos" o lo que es lo mismo "ajetes". Se trata de los ajos en edad adolescentes y se suelen vender en manojos, siendo precisamente una imagen de ellos la que algunos han utilizado en la red para hablar del ramo de Tamara. Ella, por su parte, permanece ajena a las críticas y tan solo está centrada en vivir sus primeros días de casada junto a Íñigo Onieva, con el que quiere que su historia de amor dure para toda la vida.
"El ramo es ridículo para ese vestido. Se ve muy pobre", "Parecen brotes de ajos. Es feo y cutre..." o "Son claramente ajos tiernos" son solo algunos de los comentarios que se pueden leer en la red social del pajarito. Un accesorio que en su caso no ha encajado bien y que no todo el mundo ha aprobado en cuestiones estilísticas y para muestra un botón.