Desde que comenzó su relación con Ana Soria, Enrique Ponce parece estar en su mejor momento. El diestro se siente feliz al lado de su novia y así lo hace saber cada vez que tiene ocasión. Hace unos días declaraba públicamente su amor por la estudiante lanzando un contundente mensaje en las redes sociales. "Te amo más que a mi vida, FOREVER". Es lo que escribía en respuesta a las bonitas palabras que la andaluza que había dedicado en Instagram:«El corazón más noble que he conocido nunca. Te quiero (más que ayer, y menos que mañana) ❤️».
Para colmo de su dicha, el valenciano ha vuelto a los ruedos. El pasado sábado toreó en la plaza de toros de Osuna (Sevilla), ha sido triunfal. Sus admiradores lo esperaban con los brazos abiertos y él volvía a enfundarse en un traje de luces con energías renovadas. Un día después, el valenciano volvía a enfrentarse a un astado en la localidad jienense de Navas de San Juan. Allí vivió una jornada histórica: celebraba los 30 años de su alternativa. Una cita muy significativa en la que salió del coso tras haber cortado seis orejas y rabo. Ana no estuvo sentada en las gradas, tal y como se esperaba, pero a pesar de su ausencia estuvo muy presente en el festejo. Porque al entrar en el albero, el diestro dibujaba con el pie la letra "A", la inicial del nombre de su chica, a quien le dedicó la faena. Un gesto absolutamente novedoso, ya que habitualmente marcaba una cruz sobre la arena. Además, nunca había hecho algo similar por su exesposa, Paloma Cuevas.
"Volver a sentir el alma llena"
Esta tarde, el diestro ha compartido su satisfacción por esta nueva etapa que está viviendo. "Muy despacito y a compás...! Volver a sentir el alma llena...!!! #navasdesanjuan #sentir #despacito #soñar #amareltoreo #enriqueponce", ha publicado en su cuenta de Instagram. No cabe duda de que retomar el trabajo lo ha colmado de felicidad, pero compartir su vida con Ana tiene mucho que ver en esta renovada fase de su vida.
La casa "B" de su romance con Ana Soria
Aunque todo va sobre la seda para Ponce, no todo se presenta tan idílico. Su entorno profesional está preocupado por el radical giro que ha tomado el maestro de Chiva. Sin ir más lejos, en su vuelta a los ruedos se produjo un gran malestar entre sus colegas de profesión. El torero se presentí en el hotel donde se congregaba su cuadrilla apenas una hora y media antes de la corrida, lo que no fue tomado del todo bien por sus compañeros.
Por regla general, cuando un diestro se enfrenta a un festejo pasa las horas previas con su cuadrilla. Se organiza una comida con el equipo. Luego hay unas horas de recogimiento y de preparación. Se suceden una serie de rituales previos que Ponce en su 'rentrée' se ha saltado a la torera. Y nunca mejor dicho. Su decisión de apurar todo el tiempo posible al lado de Ana antes de meterse en faena lo ha puesto en el punto de mira. Algunos compañeros del gremio ya han manifestado sus quejas, de momento, en 'petit comité'. Pero lo cierto es que hay quien empieza a preocuparle su falta de rigor en este tipo de detalles tan importantes en el universo taurino.
Su llegada justo a tiempo al hotel o que marcara una "A" en vez de una cruz en la arena son aspectos que no han pasado desapercibidos para personas de su entorno. La arena de las plazas de toros es un símbolo muy importante para cualquier torero. Es en ella donde los diestros rubrican grandes faenas, y por ello antes de emprender el paseíllo dibujan con su zapatilla una cruz. Es una señal de respeto a la faena que les espera, así como una manera de pedir protección ante el riesgo al que se enfrentan.