Pelayo, Natalia y Cristina, los estilistas de Cámbiame, viven intensamente todo lo que pasa en el programa. Tanto que a veces los ánimos se exaltan y las opiniones van subiendo de todo hasta acaban en bronca.
Eso pasó el lunes, cuando a Pelayo Díaz le sentó francamente mal que sus compañeras, Natalia Ferviú y Cristina Rodríguez, criticaran su trabajo. Pero no solo eso, le dolió que hablasen también de la actitud de la concursante que lo había elegido. Y cargó especialmente contra Natalia, que intentaba relajar el ambiente pero que no lo consiguió. Al contrario, Pelayo se fue encendiendo cada vez más y terminó gritando.
Fue entonces cuando Natalia le espetó: "A mí no me amenaces". Y llegó Carlota Corredera y pidió calma.
Menos mal que conocemos los arranques de los estilistas del concurso y sabemos que son como fuegos artificiales. Mucho ruido pero en el fondo se quieren un montón.
El origen de la polémica
Rocío quería cambiar su imagen y eligió a Pelayo para que la transformara. El resultado no dejó indiferente a nadie y tanto Natalia Ferviú como Cristina Rodríguez, las otras estilistas de Cámbiame, fueron bastante críticas con el trabajo de su amigo. Aunque tampoco les gustó la actitud de la concursante...
Las palabras de Natalia
Cristina Rodríguez encendió la mecha al ver a Rocío y decirle que le parecía una "proto-pija de película americana de Beverly Hills". Y entonces llegó Natalia y le puso la puntilla al comentar: "Yo creo que no es solo el look, que me parece también histriónico. A mí me desconcierta mucho tu actitud, Rocío, lo siento. En el casting me hacías mucha gracia, pero no sé si eres un personaje...". Y entonces, Pelayo estalló.
El cabreo de Pelayo
A Pelayo, las palabras de sus amigas le sentaron fatal, especialmente las de Natalia. "Deja de hablar del personaje", le soltó. "Aquí, cuando vienen tus participantes, nadie nos metemos con una cosa o con la otra. Y de hecho, alabamos tu actitud y luego hablamos del look", siguió, visiblemente molesto.
Los ánimos se fueron calentando
El estilista, lejos de calmarse, se fue calentando cada vez más. Y eso que Natalia intentaba quitar hierro al asunto y tomárselo con humor. Pero Pelayo seguía: "Yo no soy Rocío y ya me estás cabreando... Si soy Rocío, me piro, tío".
La traca final
Sería el calor, o que no tenía un buen día. Al final, Pelayo terminó diciendo: "La próxima vez que venga una participante tuya, no voy a hablar del look, si no de otra cosa que no tenga nada que ver". A lo que Natalia, alucinada, solo atinó a responder con un "A mí no me amenaces...". Fue entonces cuando intervino Carlota Corredera y pidió calma.