Gloria Camila y su novio han vuelto a protagonizar un romántico paseo, pero quizá no hayan dado el mejor ejemplo en tiempos del coronavirus, al pasear demasiado acaramelados ante la norma del distanciamiento social
Gloria Camila Ortega y su nuevo novio, David, continúan con su determinación de aprovechar la desescalada por fases de la cuarentena por coronavirus para salir a pasear y disfrutar de algo de tiempo libre. Algo que todos, en menor o mayor medida, agradecemos, aunque para salir con todas las garantías de no favorecer la propagación del virus hay que hacerse respetando ciertas medidas de prevención. Estas pasan por respetar la medida de distancia mínima de seguridad y, en medida de lo posible, salir siempre con mascarilla y guantes para minimizar la posibilidad de contagio. Sin embargo, hay otras cuestiones importantes, aunque no supongan una infracción en sí misma.
Ahora que la distancia social está puesta en el foco de atención y que se recomienda mantenerse distanciado del resto para evitar que el coronavirus haga su efecto, choca ver a Gloria Camila y su novio paseando de la mano. Si bien es cierto que podría tratarse de un paseo romántico, no deja de chocar que la pareja haya decidido recorrer las inmediaciones de su casa cogidos de la mano. No es una infracción, dado que conviven juntos y pueden salir a andar juntos, respetando no invadir el espacio personal de otros viandantes, pero quizá el hecho de ir cogidos de la mano sea chocante en tiempos de coronavirus.Bastantes horas se pasan ya juntos durante el confinamiento como para estar inseparables también en la calle, pero esto, si bien no es una infracción, sí que resulta impactante. Aun así, es una muestra clara y sincera de intenciones, dado que tras varias semanas entre rumores de ruptura por sus extraños movimientos en las redes sociales, Gloria Camila y su novio han querido dejar claro que están disfrutando de las mieles de su recién estrenada relación, sin preocuparse por el qué dirán. Eso sí, quizá más separados llamen algo menos la atención y con menos muestras de cariño en público no inciten a otras personas a sentir de nuevo las caricias de sus seres queridos, que ahora, irremediablemente, deben estar separados por un bien común en la lucha contra el coronavirus.