El fallecimiento de la duquesa de Alba, en noviembre de 2014, tuvo una consecuencia importante en la relación que mantenían sus hijos. Mientras que Carlos, Cayetano, Eugenia, Alfonso y Fernando siguieron manteniendo el contacto y no es raro verles juntos en los homenajes a su madre, Jacobo, conde de Siruela, decidió romper los lazos con todos ellos. Desde entonces, el hijo más desconocido de doña Cayetana ha vivido al margen de su familia.

Por eso, cuando hace unos días vimos al pintor en los alrededores del palacio de Liria, donde creció, pensamos que las cosas iban a cambiar. Pero no fue así. Aprovechando su visita a la feria ARCO, Jacobo, que estaba acompañado de su mujer, Inka Martí, se trasladó al palacio madrileño donde actualmente vive su hermano Carlos con sus dos hijos, Fernando y Carlos,  donde Cayetano tiene su despacho y que además está muy cerca del apartamento de Eugenia. Sin embargo, no se trataba de una visita familiar. Y eso que podría haberse reencontrado dos de sus hermanos, que estaban en el interior. En vez de eso, cumplió su objetivo, entregar una bolsa, manteniendo el contacto cero dándosela a un responsable de seguridad que se encontraba en la garita, a la entrada del edificio.

Tras dejar la mochila, Jacobo e Inka se fueron por donde llegaron, sin llamar para saber quién estaba dentro o visitar a la familia. Nada de nada. Casualmente, poco después, Cayetano abandonaba el lugar en su coche, dejando claro que sí estaba dentro y que la posibilidad de verse estaba ahí. 

 El enfrentamiento del conde de Siruela con los suyos viene de lejos, de la época en la que doña Cayetana repartió la herencia en vida y consideró que había sido el menos beneficiado de todos. Mientras que a sus hermanos les tocaron palacios y propiedades, a Jacobo le legó varias fincas rústicas, lo que hizo que se enfadara.

 Si bien con el paso del tiempo la relación entre madre e hijo se fue calmando, cuando doña Cayetana falleció el artista decidió separarse de sus hermanos. Si bien estuvo presente en el entierro de su madre, nunca ha acudido a los funerales y misas que se han hecho en su recuerdo, siendo el gran ausente.

“Vuelta” al hogar

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Tras el fallecimiento de su madre, la duquesa de Alba, Jacobo no ha tenido contacto con ninguno de sus hermanos. Algo que parecía haber cambiado hace unos días cuando se le vio junto a su mujer en los alrededores del palacio de Liria, donde se crió.

Único objetivo

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Sin embargo, no se trataba de una visita familiar. La intención de Jacobo era otra, entregar una bolsa que ni siquiera dio a un miembro de su familia, sino a un responsable de seguridad que se encontraba en la garita.

Carlos y Cayetano

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Si bien podía parecer que no había nadie dentro, lo cierto es que en el palacio se encontraban Carlos y Cayetano. Precisamente, el jinete abandonaba el palacio poco después en su coche, dejando claro que sí estaba y que la posibilidad de verse existía.

Problemas de herencia

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El enfrentamiento del conde de Siruela con los suyos viene de lejos, de la época en la que doña Cayetana repartió la herencia en vida y consideró que había sido el menos beneficiado de todos. Mientras que a sus hermanos le tocaron palacios y propiedades, a Jacobo le legó varias fincas rústicas, lo que hizo que se enfadara. 

Última vez juntos

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La última vez que Jacobo se dejó ver con sus hermanos y sobrinos fue durante los funerales de su madre, doña Cayetana. 

Relación muy fría

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Si bien con el paso del tiempo la relación entre madre e hijo se fue calmando, las cosas nunca volvieron a ser como antes. Cuando doña Cayetana falleció el artista decidió separarse de sus hermanos.

Gran ausente

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Desde ese momento el conde no ha acudido a ninguna de las misas que se han celebrado en su honor, siendo el gran ausente.