Este sábado, 20 de junio, se cumplen tres meses desde el fallecimiento de Carlos Falcó, Marqués de Griñón. El aristócrata nos dejaba a los 83 años víctima de coronavirus. El padre de Tamara Falcó moría en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid donde ingresaba después de dar positivo en Covid-19. Un auténtico mazazo para su familia que se produjo, además, en un momento muy complicado cuando el país estaba sumido en los primeros días del estado de alarma. Ahora, su hija, Xandra Falcó, se ha pronunciado al respecto sin ocultar el dolor con el que vivieron aquel momento.
La empresaria ha realizado unas declaraciones al diario 'La Razón' donde ha confirmado que cuando se pueda la familia organizará el funeral que se merece tal y como le hubiera gustado al Marqués de Griñón y que no pudieron hacerle por el momento que atravesaba el país: "Ahora casi no nos podemos reunir y a él le habría gustado que pudiera venir todo el mundo que le apreciaba".
La muerte fue totalmente inesperada y la familia aún se está reponiéndose de ese duro golpe. Xandra ha señalado que fue "repentino y rápido" y reconoce que fue "un momento difícil de entender". Incluso, hoy, indica que resulta complicado y añade que le van a echar de menos: "Yo sé que estará por encima nuestro cuidándonos. Yo desde luego le siento muy cerca".
Estos últimos meses, Xandra los ha vivido con su marido y sus tres hijas en el campo, concretamente en el municipio toledano de Malpica del Tajo, en la finca familiar donde alberga muchos recuerdos de su progenitor. "En el silencio del campo he podido tener un duelo con mucha paz”, ha explicado.
La viuda del Marqués abandona el palacio El Rincón
Su cuarta mujer, Esther Doña, que también contrajo el temido virus durante los peores momentos de la pandemia, ha decidido abandonar el palacio El Rincón, situado en la Aldea del Fresno -al suroeste de Madrid- donde residía junto al Marqués de Griñón. Un lugar importante para la pareja que fue testigo de su "sí, quiero" en 2017 y donde la empresaria ha pasado la cuarentena. Finalmente se ha mudado al piso que ella tenía en Mahadahonda, una de las zonas más exclusivas de Madrid, en compañía de su perrito, un bichón maltés que precisamente le regaló el Marqués de Griñón durante unas Navidades.
Esther Doña asume un importante tiempo de cambios, abandona la casa que compartió con el aristócrata cuando la familia de Carlos Falcó ha tomado la decisión de poner en venta el palacio. Además, la muerte se produjo cuando nadie de su entorno pudo despedirse del empresario, ni sus hijos ni su pareja, ya que las medidas impuestas lo impedían para evitar posibles contagios.
Tamara Falcó, nueva Marquesa de Griñón
Tras la muerte de su padre, Tamara Falcó perdía uno de los pilares de su vida con quien estaba muy unida. Se mostró muy agradecida por las muestras de cariño recibidas y así lo manifestó en sus redes sociales: "Desde la familia Falcó queremos dar las gracias a todas las personas que nos habéis mostrado tanto cariño y apoyo durante estas últimas semanas. En especial, nos gustaría agradecer a los médicos, sanitarios de la Fundación Jiménez Díaz y del grupo Quirón, la atención y cuidados que recibió nuestro padre desde que ingresó hasta su fallecimiento".
Se despidió de su progenitor con unas preciosas palabras a modo de tributo: "Nuestro Padre fue una persona excepcional, que amó a su país y trabajó por él sin descanso, como agricultor, productor de vinos e importando tecnologías que modernizaron la industria nacional. Fue un idealista, bueno y generoso con sus hijos y amigos y estará siempre vivo en nuestra memoria".
La hija de Isabel Preysler ha heredado de su padre el Marquesado de Griñón, otorgado por primera vez el 25 de febrero de 1862 por la Reina Isabel II. Un auténtico privilegio para ella misma que agradecía de esta forma: "Gracias Papi por dejarme el legado más bonito que se le puede dejar a una hija: tu amor".
Por su parte, su hijo mayor, Manuel Falcó, hereda el marquesado de Castel-Moncayo. Su hija Xandra ya ostenta el que heredó de su abuela materna, Hilda Fernández de Córdova: el título de marquesa de Mirabel. Carlos Falcó hizo la cesión en vida, introduciéndolo como una adenda en su testamento y con la aprobación del Rey.