Bertín Osborne ha viajado hasta Formentera para encontrarse con Jesús Vázquez en su nueva entrega de 'Mi casa es la tuya'. El presentador de 'Idols Kids' se ha abierto en canal con el interprete de "Como un vagabundo" y ha relatado cómo vivió su peor calvario cuando se vio salpicado en el caso Arny. Además, ha narrado su historia de amor con Roberto Cortés, el extremeño que conquistó el corazón del gallego hace 19 años.
Jesús Vázquez y su marido han vivido una historia de amor que podría haber salido del guion de la mejor película de Hollywood. Durante una fiesta del Orgullo, el presentador acudió a una discoteca y se fijó en un chico rapado que bailaba sin ningún tipo de ritmo. Fue entonces cuando uno de sus amigos le dijo que se lo iba a presentar, aunque el extremeño rechazó tomarse una copa con el presentador. Vázquez, que no se dio por vencido, se lanzó a la pista para llamar a Cortés, él se giró... y hasta ahora.Inteligente, preparado y guapo, son solo algunos de las palabras que le dedica Vázquez a su marido, con el que se deshace en halagos. Al igual que sus amigos. En medio de la velada, durante la comida con Bertín Osborne, el presentador y el resto de los invitados contaron una divertida anécdota sobre Roberto y el día que le escribió una carta al rey don Juan Carlos. «Él vivía en su pueblo, pidió una beca que no se la dieron, aunque cumplía con todos los requisitos. Le escribió una carta al rey (don Juan Carlos). ‘Soy un niño de este pueblo, he estudiado como el que más, mis padres me animan a que siguen estudiando, a ver si usted puede hacer algo'», rememoran. Una historia que tuvo un final feliz: Casa Real contestó a la misiva y finalmente, le dieron la beca.
Roberto Cortés, un hombre hecho a sí mismo
Roberto Cortés se ha hecho a sí mismo, tal y como revela una de sus mejores amigas. Es ingeniero por partida doble. "Es ingeniero industrial y estando casados se cascó otra ingeniería. Quería ayudarme a llevar mis cuentas, hizo una ingeniería en Organización Industrial para organizar nuestras vidas. Ha hecho un par de masters", relata el presentador de 'Mujeres y hombres y viceversa'.Asimismo, el gallego ha insistido en que a su marido no le gustan las cámaras, aunque reconoce que estas le querrían tanto como él. Por otro lado, Vázquez ha explicado que mantiene una estupenda relación con sus suegros y que fue el padre de Roberto quien le animó a que disfrutara de la vida porque el tiempo pasaba muy rápido.
Jesús Vázquez y su lucha contra el bullying
Al recordar su infancia, el presentador no ha podido evitar emocionarse al hablar de su madre, una auténtica «madraza gallega entregada a sus hijos». Vázquez, el segundo de cuatro hermanos, admite que le hubiera gustado que ella le viera ahora, en el momento tan bueno por el que está pasando. «Se fue en un momento malo, en una época en la que me metieron en un lío horrible, que pena que no me vea lo bien que estoy, enamorado», decía con la voz entrecortada.Además, sobre sus años de juventud, el presentador no dudaba en explicar el acoso que sufrió en el colegio porque «era gordito». Sin embargo, cuando pegó el estirón, todo cambió y los mismos que le insultaban no dudaban en invitarle a fiestas. «Te destroza la autoestima, te avergüenzas… Y me lo callaba, no llegaba a casa y le decía a mi padre: ‘Soy el gordo marica de mi clase’. Para mí era una deshonra. La vida cambió, no tengo rencor y no le deseo mal a nadie. Pasándolo mal es como aprendes», rememoraba.Después de probar suerte en la Facultad de Veterinaria, Jesús Vázquez se dio cuenta que lo suyo no iba por ese camino. Dio el salto al teatro y a la televisión, en donde encontró su verdadera pasión. Tras más de 30 años de carrera, el presentador le confesaba a Bertín Osborne que el éxito lo estaba empezando a disfrutar ahora, aunque ha tenido algunos idilios peligrosos con la fama. «Antes cada programa que hacía pensaba que iba a ser el último. Durante 20 años decía: ‘A ver si fallo… si algo se podía torcer’. La televisión es así y en todo este tiempo he visto a torres muy altas caer. Puede pasar de todo», reflexiona.