Lunes 16 de marzo, primer día laborable en una España cerrada a cal y canto. El Gobierno declaró el pasado viernes el estado de alarma, que prohíbe a las personas mover libremente por la calle ante la emergencia sanitaria que asola el mundo por culpa del avance del coronavirus. Sin embargo, hay casos en los que salir de casa está permitido, como puede ser ir a comprar víveres en el supermercado, ir a trabajar si es obligatorio y no es posible el teletrabajo o visitar establecimientos que estarán abiertos durante la cuarentena como pueden ser gasolineras, talleres mecánicos, estancos, tintorerías y peluquerías.
Estas últimas, las peluquerías, han sido motivo de polémica entre muchos ciudadanos y entre el mismo gremio de peluqueros. No entienden cómo ahora son considerados un servicio de primera necesidad cuando, hasta ahora, nunca han sido tratados así y pagan un iva por encima de los establecidos en esta categoría primaria. Se quejan de tener que abrir, pero no todos tienen que hacerlo, porque en el caso de la peluquera más famosa de España, Raquel Mosquera, ella ha podido cerrar su centro de estética para cumplir con el aislamiento en su propio domicilio con sus hijos.
¿Por qué Raquel Mosquera sí y el resto no?
El caso de Raquel Mosquera es especial y es que su centro de peluquería está situado en un centro comercial y no a pie de calle, por lo que las autoridades de Madrid han decidido cerrar por completo el establecimiento, sin tener en cuenta cuáles son las tiendas en su interior. La peluquería de la viuda de Pedro Carrasco se encuentra en el Burgo Centro de Las Rozas de Madrid y teniendo en cuenta las dimensiones del centro y las aglomeraciones que allí se concentran, para evitar la propagación de los contagios por el coronavirus, se ha tomado la determinación de centrar por completo las galerías y mandar a su casa a todos los trabajadores del centro comercial. También a Raquel Mosquera.
Ha causado un gran revuelo el hecho de que el Gobierno declarase el estado de alarma, pero dejase abiertas las peluquerías de España al considerarlo un servicio de primera necesidad. Esto ha dado pie a muchas chanzas, quienes ya decían que podrían alegar a las autoridades que abandonaban la cuarentena para hacerse unas mechas o cortarse las puntas. Nada más lejos de la realidad, estos no son motivos para salir de casa y poner en riesgo no solo la propia salud, sino también la de nuestros seres queridos y la del resto de ciudadanos. Se considera necesario abrir las peluquerías por el servicio de higiene prestado a aquellas personas mayores que, por problemas de movilidad, no pueden lavarse por sí mismas.
Algo de lo que se ha librado Raquel Mosquera, como así muestran las siguientes fotografías, en las que se puede ver el centro comercial en el que trabaja cerrado y precintado por las fuerzas de seguridad del Estado, centradas ahora en limitar el coto de actuación del coronavirus.