David Muñoz se ha visto obligado a cerrar su restaurante de Londres, StreetXO, por culpa del coronavirus, aunque los problemas de este local no le han dejado descansar en los cuatro años que ha permanecido abierto
La pandemia del coronavirus ha puesto en jaque al mundo entero, pero quizá los que más están sufriendo las consecuencias económicas de este parón impuesto por cuestiones sanitarias sean los profesionales del sector de la restauración. Tener un restaurante en estos tiempos convulsos es sinónimo de un sacrificio y esfuerzo extra que, tristemente, no se ve reflejado en la caja al final del día. Un calvario que mina la moral de chef, camareros y propietarios, que ven cerrar sus negocios sin posibilidad de sobrevivir un día más con sus negocios abiertos. Esto es precisamente lo que le ha pasado a David Muñoz, el marido de Cristina Pedroche, que ha sufrido las graves consecuencias de la crisis hasta el punto de que se ha visto obligado a echar el cierre a uno de sus restaurantes más icónicos: StreetXO, su gran apuesta en la ciudad de Londres.
El prestigioso chef español, que acaba de revalidar sus estrellas Michelín, ha tenido que presentar su negocio en la ciudad del Támesis a concurso de acreedores y liquidación, después de que la crisis se cebase especialmente con sus negocios. El pato lo ha pagado su restaurante StreetXO, que no ha logrado superar la prueba de fuego que el tiempo impone ahora sobre los negocios de hostelería. Limitaciones de aforo, medidas extraordinarias de higiene y de contacto interpersonal, cierres eventuales según las distintas normativas y, en el caso de David Muñoz, un incendio en su restaurante de Madrid, seguido de un brote de coronavirus en parte de su equipo de trabajadores. Demasiados obstáculos que al final han provocado que el marido de Cristina Pedroche se tropiece hasta el punto de tener que cerrar su restaurante StreetXO de Londres. Un cierre que, por cierto, deja sin trabajo a 70 personas, un daño colateral que agrava aún más la crisis del sector.
Un negocio que abrió con toda la ilusión del mundo en noviembre de 2016 y que le prometía conquistar el mundo, después de hacerse una buena reputación desde la capital española con el restaurante DiverXO. Ahora, cuatro años después y una pandemia mundial de por medio han sido decisivos para que su aventura llegue a su fin, baje la persiana a su restaurante londinense para no subirla más y declarar su negocio en proceso de concurso y liquidación por insolvencia. Y es que la crisis económica se ha cebado con especial agresividad con sus cuentas, dejando los números de su experiencia en Londres en rojo, como así ha publicado en la mañana de este martes el diario ‘Expansión’.
Los graves problemas de David Muñoz con StreetXO
Lo cierto es que StreetXO no ha llegado a triunfar en Londres como lo hace su hermano gemelo, DiverXO, en Madrid. La apertura de este negocio fue una odisea titánica y es que las obras de remodelación del local se retrasaron y sacaron de quicio a David Muñoz. También la elaboración con mimo de la carta del restaurante le dio problemas y es que el chef quería idear una propuesta gastronómica perfecta que le diera a conocer a un mercado nuevo para él, ajustándose a los gustos propios del público británico, pero sin perder su esencia. No obstante, la crítica recibida por expertos gastronómicos no siempre ha sido buena en Londres y en ocasiones han puesto en aprietos al cocinero y su equipo. Un equipo formado por 70 personas que ahora deberán buscar un nuevo trabajo.
Pero los problemas de David Muñoz con StreetXO no se limitan a las obras iniciales, a la confección del menú o a la bajada de afluencia de público por culpa del coronavirus. Arrastraba quebraderos de cabeza desde hace mucho y para algunos el cierre del restaurante era ya una “muerte anunciada”. En 2018, dos años después de su apertura, varios socios decidieron plantar al chef, vendieron sus acciones y el cocinero tuvo que hacerse con el dominio del 83 por ciento del negocio. Un montante muy alto, si se tiene en cuenta que la inversión inicial del restaurante londinense se ha cifrado en 6 millones de euros por el diario ‘Expansión’, que asegura que 3,2 millones fueron un préstamo concedido a David Muñoz por el banco BBVA. En marzo cerró por culpa del coronavirus y ya no ha vuelto a subir la persiana, abrir sus puertas y estimular los paladares más exigentes de Londres con sus creaciones.