Alejandro Sanz pasa por un momento dulce. El cantante madrileño, que cierra este jueves la semana de ‘El Hormiguero’, se encuentra ultimando su último disco de estudio y prepara también una serie documental sobre su vida para Netflix. Además, parece haber encontrado el amor de la mano de Candela Márquez. Para colmo de satisfacciones sus hijos mayores, Manuela y Alexander, también parece que están encauzando sus respectivas trayectorias profesionales.
Manuela, una primogénita con voz propia
La primera descendiente del autor de ‘Corazón Partío’ es su hija Manuela, nacida en 2001 como fruto de su matrimonio con la mexicana Jaidy Mitchell. La joven tiene ya 23 años y vive a caballo entre México y España. Apasionada del mundo de tiene su propia firma y, con ella, ha lanzado ya dos pequeñas colecciones cápsula de bañadores.
En lo que respecta a su vida personal, la joven es extremadamente discreta con su vida privada y son muy pocos los datos que hay sobre su vida íntima. Tal es el nivel de blindaje que no se sabe si continúa o no su relación con el mexicano Axel Angulo, con quien se empezó a dejar ver en 2017. Él, por su parte, es consciente de la popularidad de su novia y ha optado por seguir manteniéndose alejado de los focos.
Dicen quienes tienen el privilegio de conocer a Manuela Sánchez que la joven es una mezcla perfecta de la personalidad de sus dos padres. "De mi papá tengo casi todo el físico y también siento que tengo su determinación y su sensibilidad. El amor al arte", ha comentado. " Y de mi mamá, a veces me encuentran parecidos físicos, pero me parece que de ella tengo el gusto por la moda y la honestidad", prosigue la joven.
Su madre ha dicho de ella que lo que más admira de su hija es su enorme sensibilidad y su enorme sentido de la lealtad. “Tiene un carácter muy bien formado y no se deja llevar por los demás. Me encantan su amabilidad y su sentido del humor", destacaba la mexicana en un reportaje en el que se abría en canal sobre su descendencia.
Alejandro Sanz y Jaydy Michel decidieron separarse cuando su hija tenía solo cuatro años, pero su relación siempre ha sido muy correcta civilizada, algo que siempre ha agradecido Manuela. "Ella es la mejor historia de amor jamás contada. Cierras y abres capítulos de mi vida", confiesa por su parte el cantante de Moratalaz. Manuela, además, mantiene muy buena relación con la nueva pareja de su padre.
Alexander sigue su propio camino en la música
El segundo hijo de Alejandro Sanz es el jovencito Alexander, nacido en 2003 de una relación extramatrimonial entre el cantante español y la puertorriqueña Valeria Rivera. Tiene solo 21 años, pero ya parece tener claro que quiere seguir los pasos de su padre en el mundo de la música: eso sí, siguiendo su propio estilo.
A su padre se le cae la baba con él y así lo dejó claro cuando durante la Semana de la Música Latina de Billboard en Miami lo presentó en sociedad como "un buen músico". "Él empezó estudiando trombón y jazz clásico y después empezó a tocar guitarra, piano, y empezó a componer sus propias canciones", explica. Por el momento, acompaña a su padre en algunos de sus conciertos con el trombón y bajo el nombre artístico de Quint ya ha publicado algunos temas.
Según el propio Alejandro, su hijo guarda un asombroso parecido con su padre, Jesús Sánchez, que falleció en 2005 cuando tenía 75 años de edad.
Manuela y Alexander mantienen una buenísima relación entre ellos, pero también con los dos hijos menores de su padre, Dylan y Alma. Dos niños que el músico tuvo durante su relación con Raquel Perera.
¿Aparecerán en la docuserie?
Por el momento es una incógnita si estos dos jóvenes aparecerán en la docuserie que su padre prepara para Netflix. Se sabe que el proyecto mostrará el renacer de Alejandro tras una etapa difícil, sobre la que se sincerará por primera vez después de que a mediados de 2023 el artista confesase a través de sus redes que se sentía "triste y cansado".
Según parece ese nuevo documental de Netflix acercará facetas sorprendentes que desconocíamos de la vida de Sanz y que nunca antes había tenido el valor de afrontar de manera pública.