Aprovechando el puente de diciembre, Diego Matamoros ha aprovechado sus ratos libres para entablar conversación con sus seguidores y responder a sus preguntas. En un sincero chat con sus fans, el hijo de Kiko Matamoros ha hablado de su presente y de sus planes de futuro.
"Eres más de vivir el presente que el futuro?", le preguntaba uno de sus 'followers'. El joven le respondía con una sugerente suya posando sin nada de ropa: "¿Tú crees que un tío que se hace esto en el pelo no vive el presente?". Para la mayoría de los mortales, lo de menos era su respuesta. Solo la imagen bastaba y sobraba para satisfacer las consultas de sus simpatizantes.
Esta imagen suya tal y como vino al mundo no es la primera que se produce. En otras ocasiones hemos visto a Diego presumiendo de su escultural silueta desafiando la estricta censura de Instagram en lo relativo a la figura humana. Está claro que le gusta lucir palmito y, siempre que puede, lo enseña. Que para eso tiene un cuerpazo.
Un cuerpo que, por cierto, cincela a diario a golpe de intensas sesiones de deporte, una alimentación muy cuidada y retoquitos aquí y allá con los que logra rozar la perfección. El último paso por un centro de medicina estética tuvo lugar hace muy pocos días. Así contaba en su perfil de Instagram qué lo llevó a someterse a un nuevo retoque. "En 2019 cuando era un feliz, casado, empecé a comer como un animal y me puse en 110 kilos. Eso me ha venido bastante mal. Luego adelgacé, me puse en forma de nuevo, pero ya había cúmulos de grasa que era imposible quitarlos. Uno de ellos: el pecho, que estaba más bajo de lo que me gusta a mí; y en los flancos traseros, que no me lo quitaba ni para atrás. Ni con cardio, ni con dieta, ni nada. Decidí hacer una lipoescultura en el pecho, pegarlo, sacar un poco de grasa.... Lo que hicimos fue como hacer la forma más bonita", recordaba.
"Me he dejado un glúteo espectacular"
En su vídeo, Diego cuenta que se le ocurrió hacer una mejora allí donde la espalda pierde su buen nombre: "Justo antes de entrar en la operación hablé con mi cirujana, Araceli... y le dije que si podríamos quitar esas mollejitas que tengo detrás y si podemos hacer algo guay con ellas. Me dijo: 'Diego, no tienes nada". Al final le insistió a su doctora y esta accedió a hacerle "un trasvase de grasa que tenía ahí y ponerla en otro sitio. Me la puse en el glúteo. Me he dejado un glúteo espectacular. Total, que estoy súper contento", confesaba.
De momento no ha enseñado fotos del resultado de la operación. Aún está "hinchado, con edemas y demás". Pero en cuanto todo vuelva a su ser promete testimonio gráfico. Estemos atentos, que la cosa promete.