Más de dos décadas después de que saltara a la fama gracias a la primera edición de 'Operación Triunfo', todos sabemos quién es David Bustamante (42). Conocemos sus orígenes, su trayectoria, sus éxitos... Pero lo cierto es que muy pocos han llegado a descubrir de verdad a Titín, aquel chaval de la localidad cántabra de San Vicente de la Barquera que trabajaba como albañil mientras soñaba con ser cantante.
Alguien hasta quien SEMANA ha podido llegar con motivo de la presentación de ‘Inédito’, el primer disco compuesto íntegramente por él. Y así, al abrigo de una guitarra y mirándonos a los ojos, David Bustamante, Titín, nos habla sobre su infancia, la música la amistad, el amor... La vida.
¿Qué vamos a descubrir inédito de Bustamante?
Cómo soy yo detrás de los focos, mi manera de sentir. Esto ha sido el principio del resto de mi carrera. Ahora, no entendería hacerlo de otra manera y ha llegado en un momento maduro y dulce.
Pero antes ya habías compuesto algunos temas…
Sí, siempre he tenido esa inquietud, pero me daba vergüenza y temor enseñar mis canciones.
¿Y cómo ha sido ese proceso de composición?
Fue durante la pandemia; saqué algo positivo de algo tan triste. Estaba con Yana y con mi hermano, y empecé a escribir hasta que me di cuenta de que estaba haciendo canciones. Y ya, cuando cogí la guitarra y el piano, fue increíble.
¿Este disco es para bailar, para enamorarse..?
Es un disco que habla de la vida. Hay 'mea culpa', liberación, sexo, bullying...
Víctima del bullying
Sabes bien de lo que hablas con el bullying, ¿verdad?
Sí, cuando era niño llevaba el pelito a lo casco y cantaba boleros en un pueblo, y eso no era muy popular... Y años después, cuando ya era conocido, el ser sensible se usaba como arma contra mí. Me llamaban llorón.
Es cierto que fuiste de los primeros en romper con eso de ‘los chicos no lloran’...
Sí, todo lo que me pasaba entonces era abrumador y era mi manera de exteriorizarlo. Y sigo siendo así.
¿Todos aquellos que se metían contigo de niño qué te dicen ahora?
Eso forma parte del pasado... Los niños son a veces muy crueles. Los padres debemos tener cuidado con lo que comentamos en casa. Hay gente muy frustrada que paga sus mierdas con los demás. Por eso nacen canciones como ‘Soy capaz’.
¿Y te llegaron a afectar las críticas tras 'O.T.'?
Me han dado palos de todos los colores, pero soy un superviviente. Soy una persona feliz porque quiero, lo necesito y lo busco. Por eso soy de esos que, cuando no estoy bien, no lo digo, y me notan ausente. En esta profesión, unas veces estás arriba y otras abajo, y gestionarlo no es nada fácil. Fíjate si no en las cosas que les pasan a veces a algunos artistas...
Sin ir más lejos el caso de Liam Payne (One Direction).
Empatizo con él. El problema de esta gente es que se siente muy sola. Lo más importante, y a mí es lo que me ha salvado, es rodearse de personas que te sepan corregir, no de palmeros.
Yana Olina, 'La siberiana'
En tu disco, hay un tema dedicado a tu pareja, Yana Olina, 'La siberiana'.
Es mi fuente de inspiración y además ella es tan especial... Es una canción de la que me siento orgulloso. Habla de cómo la conocí. Fue un flechazo, aunque ella no me quería ni ver. No era fácil con lo conocido que era yo, pero...
Pico y pala…
No piqué más en mi vida (risas).
¿Qué tiene Yana?
Es un ángel, una persona que no tiene maldad y que es todo generosidad y cariño. No he conocido a nadie igual. Es por y para mí, y yo igual. Es muy discreta y muy buena con mi niña y con mi familia.
Ella se ha adaptado perfectamente a tu mundo, pero ¿qué conoces tú del de ella?
Pues mira, mis suegros han estado este fin de semana en casa. Y además mi suegro habla muy poco español y me ha tocado aprender algunas cosas en ruso (nos saluda en ruso).
¿Tomas clases de ruso?
No, me enseña Yana. Su familia es adorable y humilde, como la mía, y nos llevamos muy bien. Mi suegro es albañil. Tienen poca familia, porque Yana es hija única. En cuanto podemos, nos escapamos a Moscú, San Petersburgo y demás.
¿Y la boda llegará?
Estamos muy bien así, felices. Igual llega, igual no. Tengo la suerte inmensa de llegar a casa esta noche y que esté ella esperándome siempre con una sonrisa.
Tú ya eres padre, pero Yana no. ¿Sentís el deseo de serlo juntos?
No me importaría. No es algo que vaya a hacer ahora, pero sería bonito, porque ella lo merece. No es una inquietud inmediata, ni tenemos prisa. Ella tiene 36 años. Estamos muy bien y nos toca disfrutar.
Su pequeño gran amor
¿Cómo es tu relación con tu hija?
Mi hija es igual que yo. Bueno, también tiene mucha mezcla con Paula (Echevarría). Es muy buena niña, va quemando las etapas de forma saludable. Paula y yo creo que lo hacemos muy bien. Nos llevamos genial. A las reuniones del cole vamos juntos, algo que parece extraño, pero es que somos familia. Una cosa es que se acabe el amor y otra es que yo deje de tener cariño a Paula, que es la mamá de mi hija.
¿Tu hija ha escuchado tu nuevo disco?
Sí, le gustan las canciones de baile. Los adolescentes huyen de las emociones y de las baladas.
Se ha criado entre artistas, ¿le gusta vuestro mundo?
Para nada y me alegro. Tiene sus propias aficiones y estudia mucho. Que sea lo que quiera, pero que sea feliz.
Dicen que las niñas son más de los padres…
¿Papitis? Uff… Es que los adolescentes no tienen ni papitis ni mamitis. Los abrazos les dan como dentera, pero, de repente, te sorprenden y te plantan un beso.
¿En qué te gastas el dinero que has ganado?
En mi gente, en que tengan una buena vida. Ahora tengo a mis padres en casa, porque con la promoción me están ayudando con la enana. Tengo unos grandísimos padres y no todo el mundo tiene esa suerte. Los amo y les estoy muy agradecido.
San Vicente de la Barquera, su tierra
¿Vas tanto a tu tierra como te gustaría?
Tengo una casa preciosa junto el mar, que me da la vida, pero voy poco. Eso sí, mi gente viene a verme.
¿Puedes salir por San Vicente a tomar unos vinos?
Sí, en verano es complicado porque viene mucha gente, pero siempre hay sitios. Allí me cuidan mucho.
Y allí eres Titín…
Sí, si me llaman Bustamante, me entristezco. Allí desconecto muchísimo. Hace poco un familiar necesitaba pintar su bar y se lo hice yo. Y ahí estando yo con mi buzo, lleno de pintura, vinieron unas personas a preguntarme algo y, cuando me vieron, se quedaron muertos… Y les dije: "Sí, la cosa está muy mal y he vuelto a la obra" (risas).
¿Quiénes son tus colegas de verdad?
Los de siempre, ‘los Necios’. Somos amigos desde los cinco años. Uno es profesor, otro trabaja en una autovía, otro cuida a personas especiales, otro es pescador, otro tiene una escuela de surf, otro es bombero…
Sus amigos de 'Operación Triunfo'
En esta profesión, también has hecho amigos…
Muchos, pero buenos, de casa: Conchita, Pablo Cebrián, Pablo López, Antonio Orozco, Pitingo, Luis Fonsi, Alejandro Fernández…
De tus compañeros de 'Operación Triunfo', ¿quiénes son tu núcleo duro?
Me llevo muy bien con todos. Con Javián, que junto con Álex Casademunt éramos el trío inseparable y lo echamos mucho de menos. Con Manu Tenorio, Parreño, Chenoa…
¿Y con David Bisbal?
Me llevo muy bien. Le quiero, igual que él a mí, pero cada uno tiene su vida. Es como cuando tienes un amigo de la universidad o de la mili: lo quieres y cuando te ves es lo mejor, pero luego tienes tus otros amigos.
Otros proyectos profesionales
¿Te ha llegado a molestar que te digan que vendes más colonias que discos?
Para nada. Soy el que más perfumes vendo. Es que eso de que si me va bien con los perfumes me va mal con la música es una tontería.
En el musical ‘Ghost’ hiciste tus pinitos como actor. ¿Te gustaría seguir por ahí?
Sí, me gustaría hacer una película y teatro, y no va a ser mi último musical.
¿Proyectos televisivos?
Sí, para el año que viene tenemos nuevos y antiguos.