A veces no puedo contar las cosas en primera persona, así que en esta ocasión voy a recurrir a la tercera, que es la más habitual en el periodismo. Y lo siento, Bustamante, estoy muy decepcionado por lo que me cuentan mis compañeras.
Una de las imágenes menos favorecedoras que he visto de Bustamante en mucho tiempo. No la publico con mala intención sino para poner de manifiesto la cara de pocos amigos que tenía.
David Bustamante compareció en rueda de prensa el pasado viernes para presentar el concierto Vive Dial que se celebró el sábado en el Wizink Center de Madrid. Pues bien, no debía de tener su mejor día. No me extraña, porque últimamente le nacen los problemas como las vainas que aparecían en 'La invasión de los ultracuerpos'. Sin embargo, cuando uno trabaja de cara el público, como los dependientes o los profesionales de banca que te atienden en la ventanilla, tiene que ser amable.Si, además, tu profesión tiene una dimensión mayor y eres un cantante muy popular casado a tu vez (o separado) de una mujer aún más popular tienes que medir tus gestos, porque sobre ellos pesa un efecto lupa: pueden cobrar dimensiones espectaculares. Y es lo que le está pasando al que fuera el concursante más emocional de la primera edición de 'Operación triunfo'.
Mi compañera Soledad González se las vio y se las deseó para conseguir una foto como esta, en la que se pudiera ver en un plano que no fuera demasiado en escorzo del cantante. Como veis, su cara parece un poema. Y no precisamente de los de amor de Pablo Neruda.
Ese mismo día su todavía mujer (no han confirmado su ruptura, pero igual ya han comenzado a divorciarse y todo, vete a saber), Paula Echevarría demostró mucha más cintura (aunque ella tiene cinturita) cuando llevó a su hija Daniella al colegio. Aparentemente nada producida, pero cuidando al milímetro, como hace siempre, cada pieza de su estilismo, sonreía y se movía grácil como gacela ante los fotógrafos parapetados en los alrededores.
Ese mismo día Paula Echevarría hacía honor al dicho de Isabel Pantoja: "Dientes, dientes".
Como os voy a contar, Bustamante estaba avinagrado el viernes. Eso me cuentan. El motivo: lo ignoramos. El cantante cántabro compareció en las oficinas del grupo PRISA sin muchas de ganas de hablar ni siquiera de posar.Nuestra fotógrafa Soledad González le pidió amablemente que mirase hacia ella, porque el espacio para los denominados 'reporteros gráficos' era limitado, y él dijo que era lo que había y que su tiempo valía dinero. "El mío también", le respondió mi compañera, pero él decidió ignorarla y ella se tuvo que desplazar para intentar conseguir un plano de frente.No fue la única que llegó a la conclusión de que David Bustamante no tenía los índices de educación por las nubes ese día. Nuestra redactora que cubrió el evento me comenta que salió a empujones del recinto, apartando a la gente que entorpecía su camino, y con cara de pocos amigos.
El cantante cántabro está viviendo un 'annus horribilis' y es lógico que no esté con el ánimo por las nubes, pero en ocasiones es conveniente dejarse la procesión por dentro.
El intérprete de 'No soy un Superman' demostró más que nunca que no lo es. En estos difíciles meses ha evidenciado no ser tan templado como debería y que no gestiona bien las situaciones de estrés. La fama es muy halagadora, rentable y proporciona capacidades adquisitivas a años luz de la renta per cápita en España, pero tiene unos peajes que si no quieres pagar se vuelven en tu contra, pueden salir muy caros. Alguien que lo tiene mucho más claro que él es su compañero David Bisbal, que ha pasado por varias separaciones sentimentales, incluso más complicadas (recordad a Chenoa llorando en chándal), y no ha visto su imagen perjudicada por ello.En diversos artículos he defendido a Bustamante, como podéis leer en este mismo blog, pero hoy me tocaba tirarle de las orejas. Soy consciente de que lo está pasando mal, que llevaba unos días en entredicho por un certificado médico, y que seguramente estará leyendo muchas cosas que no le gustarán nada (incluido este texto). Le he entrevistado en diversas ocasiones y se ha mostrado amable y expansivo, nunca he tenido queja de él. Ha sido generoso en los titulares, no ha escurrido el bulto en las preguntas y ha jugado a favor de obra. También es cierto que estaba de promoción y las cosas de cara.
Tras la rueda de prensa, Bustamante colgó esta fotografía en Instagram. Está claro que no tocaba sonreír tampoco.
Ahora lo que tiene que aprender a minimizar sus reacciones negativas cuando pintan bastos. Un consejo que me permito darle aunque él dirá que quien soy yo, con toda razón. Pero tenía que contar lo que les pasó a mis compañeras, que volvieron a la redacción entre enfadadas y decepcionadas.Una mala tarde la tiene cualquiera, decía Chiquito de la Calzada. Ojalá sea solo eso.