Según confesó Daniel Sancho, fue en una de las cabañas del hotel Haad Salad Villa, en Koh Phangan (Tailandia) donde habría descuartizado a Edwin Arrieta. Antes de aquello, el hijo de Rodolfo Sancho se proveyó de una extensa lista de 'utensilios' en el supermercado para perpetrar el crimen. Una semana después de su ingreso en prisión provisional en la vecina de isla de Koh Samui, la exclusiva villa ha recibido la visita de un grupo de monjes budistas. En compañía de la policía, han adelantado una ceremonia para devolverle la buena suerte al lugar. La propietaria del hotel ha informado que no logra alquilar el lugar. Lógicamente nadie quiere dormir en el escenario del brutal asesinato.
Limpieza 'budista' en la escena del crimen de Daniel Sancho
Sucedió el pasado domingo, ha informado la reportera de 'Así es la vida' enviada a Tailandia. Al bungalow no apto para todos los bolsillos acudían los monjes a petición de una vecina. Era la primera visita de personas ajenas a la investigación que se adentraban en la escena del crimen. Fue ahí donde, de acuerdo al testimonio del chef español, descuartizó el cuerpo del cirujano colombiano en 14 partes. Tardó en materializar el acto tres horas.
Ya no queda rastro del paso de Sancho y su supuesto amante en el la cabaña. El reciento se ha limpiado en profundidad después de que las autoridades policiales hayan recabado las evidencias necesarias. Los monjes han abierto de par en par las ventanas y han dejado algunas estatuas de Buda para devolverle a la escena del crimen buenas energías y alejar a los malos espíritus. Recordemos que Tailandia es mayoritariamente budista, de ahí que una ceremonia como la que se ha realizado sea clave para los locales. Tras esto, han acudido a la playa donde han continuado con sus oraciones y plegarias.
La policía tailandesa cierra el caso
De acuerdo con la confesión del nieto de Sancho Gracia, el miércoles 2 de agosto, después de recoger a Edwin en el muelle de la isla y comer juntos, se trasladaron al Haad Salad. Es ahí donde se le pierde la pista al colombiano. Siete horas después, a las 21:00 horas en el país del sudeste asiático, el joven de 29 años sale del hotel y se dirige a la playa. Ahí se hizo con un kayak por 1.000 dólares. Ya de regreso a la cabaña, se dedicó a meter las partes del cuerpo de su amigo en bolsas.
La situación jurídica de Sancho no es nada halagüeña. La policía tailandesa ha cerrado las investigaciones del caso, segura de que cuentan con todas las pruebas para incriminar formalmente al asesino confeso del hombre de 44 años con el que mantenía un 'idilio. El próximo martes 15 de agosto ofrecerá en rueda de prensa donde informarán sobre las conclusiones de sus pesquisas.