No son tiempos fáciles para la pareja Piqué-Chía. Clara, la novia de Gerard Piqué, lleva meses en una cruzada con el paparazzi Jordi Martín por un supuesto delito de acoso. En septiembre del año pasado, el Juzgado de Instrucción Nº 6 de Barcelona daba por concluida una orden de alejamiento que existía sobre el fotógrafo y que le impedía acercarse a la joven o comunicarse con ella. Chía intentó por aquel entonces pedir una prórroga. Sin éxito. Y es que, según decía la justicia entonces, “la limitación de derechos del investigado, singularmente los laborales, ha de conjugarse de manera cuidadosa con los de la denunciante”. Es decir, se protegía el derecho de Martín a poder trabajar libremente. Ahora la historia se vuelve a repetir.
Chía el pasado viernes 2 de febrero volvió a interponer una denuncia contra el paparazzi, por lo que ella considera nuevamente “acoso”. Al parecer, tal y como afirmó ella misma en el momento en el que interpuso la denuncia, Jordi Martín en el desarrollo de su trabajo como fotógrafo y reportero, se habría personado en varias ocasiones en su domicilio y en su trabajo. Unos hechos por los que la joven volvía a solicitar una orden de alejamiento que le fue denegada. La justicia se pronunció tan solo un día más tarde dejando claro que “no concurren en este momento las circunstancias de urgencia y necesidad que justifiquen una medida cautelar”. Por tanto, ya son dos ocasiones en las que los jueces le han quitado la razón a Clara Chía, desestimando todas sus peticiones y protegiendo el derecho a la información de los fotógrafos.
Toda esta historia, bastante mediática, arrancaba el 10 de mayo del 2023 cuando Piqué y su pareja denunciaron por primera vez al paparrazzi por acoso. Fue en ese momento cuando se puso una medida cautelar a Martín que finalizaba en septiembre. El abogado de Clara la intentó prorrogarla sin éxito, ya que tal y como hemos explicado anteriormente, la justicia entendió que los “padecimientos” de Clara Chía habían mejorado en esos meses, que Jordi no había incumplido en ningún momento esa medida cautelar y que estaba en el derecho de realizar su trabajo, por lo que no había directamente motivo para sostenerla en el tiempo. ¿Cómo terminará esta historia? ¿Seguirá Chía poniéndole coto a la labor de los paparazzis?