Absoluta transparencia. Esto es precisamente lo que se suele exigir cuando hay causas solidarias de por medio, una cuestión por la que rostros conocidos como Ana Obregón (68 años) o Chiara Ferragni (36 años) están en el punto de mira. Mientras la actriz ha sido acusada de no donar todo lo que prometió a la fundación de su hijo, Aless Lequio, la italiana está siendo investigada por la Fiscalía de Milán por un delito de estafa. Este problema tan grave está relacionado con la venta de un pandoro -dulce navideño italiano-, cuyos beneficios se dijeron que irían a parar al hospital Reina Margarita de Turín. No fue así y ahora ella está con una imagen tan debilitada que incluso tiene pintadas en sus tiendas. Tal es la situación que ha desactivado sus comentarios de Instagram y ha optado por solo compartir fotografías familiares, imágenes que tan solo buscan apaciguar las aguas a ojos de sus seguidores.
Chiara Ferragni en el punto de mira
Con casi 30 millones de followers en su cuenta de Instagram, Chiara Ferragni, ha visto cómo su nombre en las últimas semanas tan solo se ha relacionado con titulares negativos. Esto es precisamente de lo que suelen huir las marcas, empresas que hasta hace muy poco contrataban sus servicios por todo lo que representaba. Tal ha sido su caída que ya ha recibido un castigo por parte de marcas, las cuales han dejado de confiar en ella. Le han rechazado contratos, ejemplo de ello, el grupo Safilo, especializado en gafas de lujo. Decidió romper de manera abrupta su colaboración con ella, aunque dieron demasiadas explicaciones. "Safilo Group’ comunica la interrupción del acuerdo de licencia para el diseño, producción y distribución de las colecciones de gafas con la marca ‘Chiara Ferragni’ tras la violación de los compromisos contractuales de su titular", explicaron en EFE.
No ha sido el único trabajo del que ha tenido que despedirse y es que Cocacola ha cancelado una campaña en la que aparecía ella y la cual estaba previsto que se emitiera este año. A pesar de que ha contratado un equipo experto en cuestiones jurídicas y en imagen, a Chiara Ferragni se le complican las cosas. Quién sabe si esto supondrá para ella el final de su época dorada, un negocio que facturó más de 14 millones de euros el pasado año, lo que ayuda a darse cuenta de su rendimiento.
Días después de que la influencer fuera multada con un millón de euros por vender un producto con falsos fines benéficos, la italiana dio su versión. Primero pidiendo disculpas y segundo contando cómo tratará de resarcir su error una vez descubierto lo sucedido. "Siempre he estado convencida de que los más afortunados tienen la responsabilidad moral de hacer el bien. Estos son los valores que siempre nos han impulsado a mí y a mi familia. Esto es lo que les enseñamos a nuestros hijos. También le enseñamos que se pueden cometer errores, y que cuando sucede debemos admitir, y si es posible, remediar el error cometido y atesorarlo. Eso es lo que quiero hacer ahora. Pido disculpas y por ello donaré 1 millón de euros al hospital Regina Margherita para apoyar el cuidado de los niños", dijo. Una explicación que no fue suficiente.
Las dos sociedades de Chiara han sido condenadas a pagar una importante multa tras vender un dulce tradicional navideño de Balocco con su nombre."Por prácticas comerciales desleales", se ha dicho. Y es que se aseguró que de ese modo los compradores contribuirían a una donación para un hospital de Turín que serviría para adquirir una maquinaria para niños con osteosarcoma y sarcoma de Ewing. Sin embargo, la donación se produjo meses antes -50.000 euros- y el dinero obtenido por los dulces -1.000.000 euros- no se destinó a la iniciativa.