Ha nacido en una de las familias con más solera de nuestro país, pero crecer en un palacio no fue tarea fácil. Cayetano Martínez de Irujo ha ofrecido unas sinceras declaraciones sobre su niñez y ha recabado en los años más complicados de su vida. Una entrevista, concedida al diario 'La Razón', en la que repasa importantes momentos de su existencia.
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Una complicada infancia en palacio
"La infancia y la adolescencia fueron muy tristes para mí, un sinsentido", ha contado. Asimismo, ha explicado que tanto Eugenia como él, vivieron "aislados, haciendo una vida diferente a la de los demás sin saber por qué".
Tiene grabado en la memoria la primera vez que tuvo vecinos
Fue en el año 1989 en Holanda y tenía 27 años. "Aluciné allí, porque, además, las casas están abiertas. Me pasaba horas mirándolos. Después de montar me tomaba una cerveza y los observaba. Pensaba: 'Es de locos'. Era un mundo nuevo".
Sus años más duros
Desde 2014 hasta 2016 fue operado en cuatro ocasiones y recuerda este periodo como el peor su vida. "Aunque me han hecho salir más fuerte y resolver el paquete emocional que tenía", ha confesado.
Su madre y el palacio de Dueñas
El duque de Arjona ha reconocido que su madre es un importante "personaje histórico del siglo XX y XXI en España". Como tal, comprende la curiosidad de la gente por visitar el sevillano palacio de Dueñas: "Entiendo que las personas quieran ver la parte de abajo, donde bailaba y lo que era ella. Es justo compartirlo con la gente".
Una vida sin lujos
Reconoce que mantener el patrimonio familiar supuso un gran esfuerzo para su madre. "Desde luego no nos ha faltado de nada", ha dicho, pero sin lujos. "Todo se lo han llevado los cuatro palacios, las casas y el patrimonio", ha contado.
Las carencias de su infancia
Durante su niñez se sentía "solo" y su gran carencia fue "la humanidad, el sentido humano, el calor".