La casa de Gran Hermano, que este jueves 5 de septiembre vuelve a la vida, ha recibido desde la primera edición del programa a casi un millar de huéspedes en sus diferentes ediciones. La mayoría de los concursantes anónimos que han pasado por Guadalix han vuelto a sus vidas normales una vez finalizada la experiencia. Sin embargo, hay unos cuantos que han conseguido exprimir la oportunidad que les brindó el reality y a día de hoy cuentan con empresas de gran calado, altas dosis de fama y envidiables bienes patrimoniales.
Sofía Suescun, dueña de un imperio
A pesar de que durante las últimas semanas no deja de protagonizar noticias personales bastante desagradables, la realidad es que su vida financiera tras el reality resulta envidiable. La navarra ha creado tras su paso por el programa un auténtico imperio: pasó de ser una joven anónima, a una de las influencers mejor pagadas del país. Además, es un reclamo continuo para los programas de Mediaset y solo por su reciente participación en ‘Supervivientes: All Stars’ se habría embolsado 90.000 euros.
Con todo ese dinero, Sofía ha invertido su capital en varios pisos por toda la geografía española: Su Pamplona natal, varias propiedades en Madrid y el célebre piso de Murcia donde ahora se encuentra su madre, Maite Galdeano. Su gran joya patrimonial es el chaletón que se ha construido en Valdemorillo (a las afueras de Madrid): una vivienda de 100 metros cuadrados, que bien podría ser la de un futbolista, y que está valorado en 1 millón de euros y que pagó al contado.
Kiko Hernández, una fortuna ganada en los platós
A pesar de que tras dos décadas omnipresente en los platós de Telecinco ahora no cuenta con la popularidad de antaño, Kiko Hernández ha sabido gestionar muy bien todo el dinero que ganó desde que salió de GH 3 en el año 2001. Consciente de que la televisión es un negocio efímero, ha invertido gran parte de su dinero creando sociedades: inversiones inmobiliarias, una discoteca junto a Marta López y producciones escénicas son algunas de ellas.
Según una revista del corazón, en los años dorados de ‘Sálvame’ el colaborador ganaba una media de 900 euros cada tarde y 1400 euros cuando acudía al ‘prime time’. Según desveló una publicación, solamente con sus participaciones en Telecinco sumaba 30.000 euros a sus cuentas bancarias mensualmente. Hernández, además, ha protagonizado exclusivas en revistas, ha patrocinado productos en las redes sociales, e incluso tuvo su propia teletienda en las madrugadas de Mediaset.
Con todo ese dinero ha podido sufragar el proceso de gestación subrogada de sus hijas y una formidable vivienda valorada en 2,5 millones de euros. Sin embargo, no todo ha sido inversión: hace un tiempo tuvo que hacer frente a una inspección fiscal porque Hacienda le reclamó más de700.000 euros.
Liz Emiliano, a todo tren
Concursante de la décima edición de GH, Liz Emiliano ha sabido sacar rentabilidad a su paso por Guadalix. Llegó a la pequeña pantalla como una modelo que trabajaba duramente para sacar adelante a su hija y ahora es toda una mujer de negocios con una vida acostumbrada al lujo.
La dominicana compagina sus eventuales apariciones en programas de Mediaset con distintas actividades profesionales: ejerce de relaciones públicas y ha montado una empresa llamada “VIP People Events”. Se trata, según reza la cuenta de Instagram de la corporación, de una empresa de organización de eventos de lujo en Madrid e Ibiza.
El Instagram de Liz es un auténtico escaparate de actividades inaccesibles para la clase media: viajes de ensueño, yates, restaurantes de moda y eventos de sociedad donde se codea con grandes figuras como el mismísimo Rafa Nadal.
Iván Madrazo, un triunfador alejado de la tele
El ganador de la décima edición de Gran Hermano, el cántabro Iván Madrazo, ha sabido sacar rédito del premio del concurso. Alejado de la primera línea mediática, el ex modelo ha sabido invertir y ahorrar el dinero del concurso y lo ha multiplicado haciendo gala de una gran capacidad financiera y una inteligencia privilegiada.
No participa en tertulias ni polémicas, ni falta que le hace. Sus redes sociales muestran que las cosas no le van nada mal a Ivan: coches de alta gama, planazos de alto standing y escapadas habituales dentro y fuera de nuestras fronteras. Madrazo comparte su alto nivel de vida con alguien muy especial: su perrito Maxi, que no se pierde ni uno solo de sus envidiables planes que forma parte de su día a día.
Paula, de GH-15, con restaurantes por todo el mundo
Otra ganadora que ha hecho fortuna lejos de la televisión es Paula, campeona de la decimoquinta edición. Para que los que no la recuerden, era una joven rubia, algo infantil y que no paraba de gritar aquello de “Muero de Amor”. En la casa empezó una relación con su compañero Omar, pero el noviazgo terminó de manera dramática cuando irrumpió en la casa la ex del vallecano -Lucía Parreño- y éste decidió volver con ella.
Pues bien, actualmente Paula vive a caballo entre Ibiza y Amsterdam tras pasar una larga temporada en Hawaii. Según cuenta en Instagram forma parte del equipo de socios de una cadena de restaurantes con locales en Países Bajos, Reino Unido y España. Además atesora más de 400.000 seguidores en redes sociales y ejerce de embajadora de grandes marcas ya que la representa una de las agencias de influencers más importantes del país.
Nagore Robles, un gran valor televisivo
Ser la segunda expulsada de GH 11 y abandonar la casa con record de votos en su contra no amilanó a Nagore Robles que 15 años después sigue siendo uno de los rostros más cotizados de Mediaset. La cadena le ha permitido, incluso, ejercer de presentadora de unos de sus realities y cuenta con ella para la próxima edición de ‘Supervivientes’ donde concursará por el mismo caché que Carmen Borrego: 18.000 euros semanales.
Con el dinero ganado en las pantallas se ha comprado recientemente una casa en la sierra. Concretamente vive en 'La Finca', una de las urbanizaciones más exclusivas de España que ha llegado a albergar a Sergio Ramos y Pilar Rubio, Alejandro Sanz, Cristina Pedroche y Dabiz Muñoz o Cristiano Ronaldo entre otros vecinos.
Adara Molinero, multipropietaria solvente
Si en los primeros años del reality sus concursantes más carismáticos se reinventaban como tertulianos, en las ediciones más recientes los inquilinos aventajados de la casa de Guadalix se reinventan como influencers. Eso es lo que le pasó a Adara Molinero que tras participar en GH 17 dejó su trabajo como azafata para generar beneficios a través de sus redes sociales.
Posteriormente la madrileña participaría en otros realities de Mediaset como GH VIP o Supervivientes e incluso ha convertido a su madre en otro personaje fijo del género. Molinero, que al salir del concurso también montó un centro de estética que cerró en la pandemia, ha ido aumentando su capital y actualmente cuenta con una marca cosmética y ha comprado varios inmuebles que además de su elevado caché por sus apariciones públicas le aportan alta rentabilidad.