Siempre había soñado con vivir en este barrio, uno de los más céntricos de Madrid, y ese sueño se ha hecho realidad. Pero algo ha cambiado en Agoney en los últimos tiempos. Ya no es el mismo chico que se dio a conocer en OT 2017 (edición en la que destacó junto a compañeros como Aitana y Amaia), y no lo decimos solo por el paso del tiempo, sino por la actitud. Nos recibe el bailarín Marc Montojo, su pareja desde hace tres años y del que nos confiesa que es su "todo". Se conocieron durante su participación en ‘Tu cara me suena 9’, edición de la que fue ganador, y no se han vuelto a separar. El canario nos abre su corazón coincidiendo con el lanzamiento de su segundo álbum de estudio, 'Dicotomía'. Hubo un tiempo en el que no fue así, y nos lo cuenta, pero ahora, “viene a por todas”.
Joan Crisol SEMANA
¿Dónde nos encontramos?
En mi dulce morada, mi casita de Madrid. Mi hogar. Aquí me inspiro a la hora de componer, desconectar, disfrutar… Me siento seguro y protegido. Es mi pequeña burbujita. Siempre diré que los mejores conciertos son en mi casa (risas). Es donde me siento desinhibido y sin importarme si afino o no.
¿Llevas mucho tiempo viviendo aquí?
En Madrid llevo ocho años, pero en esta casa voy a hacer cuatro de alquiler. Desde que llegué a esta ciudad, este siempre ha sido mi lugar favorito y la casualidad me ha llevado hasta aquí.
¿Con qué Agoney estamos? Obviamente no eres el que se dio a conocer en OT 2017.
Ese Agoney de 2017 se sentía, quizás, muy disperso, iba de un sitio a otro. Ahora me siento supercentrado, como que soy el absoluto dueño de mi vida y de mi carrera. Me siento adulto y es como raro, porque obviamente soy adulto, tengo 29 años, pero creo que muchos de nosotros nos hemos sentido siempre niños y hemos cargado con esa cosa de que los demás siempre saben más que nosotros.
¿Te infravalorabas?
No sé si es eso... Me sentía pequeño dentro de la industria, dentro del mundo, dentro de Madrid y, hoy en día, me siento grande. Siento que puedo con esta ciudad, con la música y con todo lo que se me venga.
¿Cómo ha sido el proceso?
Igual esto viene de una conversación que tuve con Lydia Bosch. Yo estaba en un momento crítico porque tenía que cantar en televisión. Estaba llorando de la ansiedad que tenía y ella me sentó frente al espejo y me dijo: “Háblale al Agoney adulto, no al niño, y dile: ‘Me encanta esta parte del niño, pero déjala ahí de lado’. Eres adulto y puedes con todo esto y más”. A mí eso me cambió. Le debo mucho a Lydia De hecho, en este último disco, he compuesto una canción que se llama Catarsis y es una conversación frente al espejo.
¿Hablamos de pánico escénico?
Sí, pero creo que eso nos pasa a casi todos a los que nos dedicamos a esto, solo que la mayoría no habla y no lo dice públicamente. En esta carrera hay que luchar mucho y en ciertos momentos de mi vida he necesitado algún tipo de medicación para poder continuar con todo, porque sentía que la vida me superaba.
¿A qué crees que se debe esto?
Siempre me he considerado una persona muy sensible. Antes de 2017, cuando no era conocido, yo era como el Banco España: nadie podía acceder a mi cabeza. Luego fui creciendo y mi cabeza se ordenó de manera diferente. Yo, por ejemplo, nunca había hablado de mi madre públicamente y cuando falleció, algo cambió dentro de mí. Le comencé a dedicar canciones y en este segundo disco me salió escribirle otro tema, Tormenta. Me preguntaba si estaría siendo pesado, pero luego me dije a mí mismo: "No, es lo que siento ahora". ¿Qué tiene de malo si me vuelvo a sentir triste por algo que ocurrió hace cinco años?
Esas cosas no se superan, se vive con ellas.
Me he dado cuenta de que me voy a sentir siempre triste por esto.
¿Es el gran amor de tu vida?
Para siempre. Es la persona que más amo y amaré.
¿Eres muy familiar?
Mucho. Tengo dos sobrinas muy pequeñas que me tienen completamente enamorado. Cada vez me cuesta más separarme de ellas. La mayor tiene casi cuatro años y ya se complica porque, cuando me vine en Navidades, se puso a llorar.
0T 2017 se convirtió en un éxito enorme. ¿Cómo viviste la salida de la academia?
Todo fue muy loco. Yo no tenía cabeza para nada. Esto nunca lo he contado... A nosotros nos sacaron en Navidad y yo, de la ansiedad que tenía, me quedé sin voz.
Joan Crisol SEMANA
"Cuando salí de ‘OT’ en Navidad, me quedé sin voz por la ansiedad. No quería contar lo que le ocurría a mi madre"
¿Por qué?
Tenía un derrame en las cuerdas de la ansiedad que tenía porque no quería contar lo que le estaba ocurriendo a mi madre. No quería que ella viera por televisión que yo estaba preocupado. No quería preocupar a mi familia. Detrás de cámaras, yo llevaba un drama horrible y me sacaron en Navidad en medio de esta ansiedad.
¿Y qué sucedió cuando te reencontraste con tu mamá?
Me quedé con el corazón tranquilo y cuando regresé a la academia, aún con el derrame en las cuerdas vocales, canté bien de repente. Como por arte de magia. No sé qué pasó, pero comencé a hacer mejores actuaciones. Mi cabeza se tranquilizó y cuando salí de la academia definitivamente me fui a mi casa y dije adiós. Para mí, había cosas más importantes en ese momento.
¿Cómo es tu relación actual con Aitana?
Mi relación con Aitana es la misma que con cualquier persona de la industria. Cuando nos vemos, nos damos un fuerte abrazo, un beso, nos deseamos lo mejor y ya está.
Dices que este es tu primer disco, pero en realidad es tu segundo disco de estudio.
Cuando hice mi primer disco, ‘Libertad’, fue una necesidad de contar todas las cosas que me ocurrían en mi día a día, y por lo que estaba pasando, pero no estaba en el modo de estar haciendo un disco con el concepto artístico que a mí me encantaría. Y con ‘Dicotomía’, he hecho ese proyecto que tanto anhelaba hacer como artista. Fue supercomplicado desarrollar cada canción, entrar al estudio y decir: “Quiero ser lo más auténtico posible”. Aunque eso tenga sus consecuencias también.
¿Qué consecuencias?
Este disco es una catarsis de sentimientos y a lo que más miedo tenía era a las entrevistas.
¿Por qué?
Porque cuento mucho en el disco. Las personas que vivieron toda mi infancia y mi adolescencia saben de lo que hablo y no quería que nadie se sintiera herido. Y luego dije: "¿Por qué? Yo tengo que ser libre y contar lo que llevo dentro sin pensar en el daño que pueda hacer a alguien".
¿Ha habido reacciones?
Sí, pero positivas. Con una canción en concreto me dijeron que era muy bonita. En este disco hay religión, sexo, sentimientos, de todo.
Ya que hemos hablado del miedo a las entrevistas, ¿qué sucedió el año pasado durante el Benidorm Fest? Aseguran que fuiste uno de los artistas más inaccesibles a la hora de entrevistar.
Yo estaba empezando a crear este disco y para mí era absurdo lanzar un tema, ir a ese programa con tanta audiencia y popularidad, y luego volver a encerrarme en casa para continuar con la creación. Recuerdo que muchos fans se enfadaron cuando se enteraron de todo lo que faltaba para el nuevo disco, y lo entiendo. Por eso tampoco quería hacer mucha prensa. Pero lo disfruté mucho y me pareció una experiencia estupenda.
Es decir, que vas a tope con este proyecto.
¡Sí! Es más, me voy a México a actuar junto a Mónica Naranjo dentro de su gira internacional. Mónica es grande en España, pero en Latinoamérica es una pasada. Es un honor que hayan contado conmigo para abrir esos conciertos. Además, luego tendré mi propio concierto allí en Ciudad de México.
¿Qué sientes al actuar allí?
Siempre digo que en qué momento todo creció tan rápido… Porque yo fui hace dos años por primera vez a una sala superchiquitita y ahora estoy dentro del Auditorio Nacional de Ciudad de México. Cuando termine, también estaré de gira por España.
Para terminar, ¿cuánto tiene que ver tu pareja en este momento de estabilidad?
Todo. Marc es la persona que me acompaña desde hace algo más de tres años. Además de lo sentimental, compartes la visión con otro artista que viene de trabajar en diferentes países. Él me ha hecho ver que el mundo es más grande de lo que a lo mejor nosotros creemos.