Despedir el año con Carme Chaparro (47) es un lujo. La periodista rió, bailó e incluso se emocionó con SEMANA hablando de las fiestas navideñas, sus hijas, su matrimonio y sus deseos para este 2021.
¿Qué balance me haces de todo lo ocurrido?
Cuando pienso cómo fuimos capaces de estar tres meses encerrados... Es un sentimiento de orgullo hacia toda la gente que se comportó de manera solidaria y también hacia todos esos niños que no protestaron nunca… Hacer balance del 2020 es complicado ahora mismo. Es como las guerras, no puedes ver el impacto hasta que haya pasado bastante tiempo.
Una de tus hijas te dijo una frase que te marcó, ¿verdad?
Un día, durante las tres primeras semanas del confinamiento, estaba bañando a mis hijas y les expliqué que teníamos que estar quince días más encerrados y una de ellas me contestó: “Bueno mamá, pero me lo estoy pasando muy bien contigo. Estás todo el día con nosotras y jugamos mucho”. Eso me permitió darme cuenta de que, obviando todo lo que había fuera, para muchos niños el regalo fue estar 24 horas con sus padres, que era lo que más necesitaban. El tiempo de sus padres.
De tus hijas, ¿cuál dirías que se parece más a ti?
La mayor es una clon física de mí y la pequeña, de su padre. Pero de carácter, son una mezcla de los dos. Es algo muy bonito, porque tienen cosas mías y de mi marido, y quizás como yo sé como soy (voy a cumplir 48 el mes que viene) y los años que me ha costado entenderme, aceptarme y manejar mis emociones, eso hace que pueda ayudar más a mis hijas. Me refiero a no sufrir tanto. Entenderme a mí misma, que me ha costado mucho, me ayuda a hacer que mis hijas se entiendan y sepan caminar más seguras por la vida.
¿Te da miedo que tus hijas se hagan mayores?
¡Ay sí! Te da mucha pena porque cuando tus hijos son pequeños son enteramente tuyos y cuando ves que crecen… Uno de mis mejores momentos del día es tumbarme un ratito con ellas en la cama por la noche. Entonces piensas que cuando sean mayores esto se va a acabar. Cada época en la vida de un hijo es maravillosa y te das cuenta de que tú creces a la vez que lo hacen ellos.
¿Te gustaría que se dedicaran a lo mismo que tú?
Que hagan lo que quieran. Yo tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta y eso me ha hecho ser muy feliz. Una de ellas me ha dicho que quiere ser inventora. Me gustaría que tuvieran un trabajo vocacional, en el que pudieran ser felices y disfrutar.
También has podido pasar más tiempo con tu marido.
Lo conocí cubriendo el funeral de Lady Di, llevamos mucho tiempo juntos, pero nunca habíamos estado tanto conviviendo, teniendo largas conversaciones… Y el poder estar en la misma habitación durante horas, cada uno con sus cosas y levantar la vista y decir “Oye, ¿te apetece una cerveza?” también define la vida en pareja.
Llevas muchos años informando a los espectadores y esta vez lo has vivido todo desde el otro lado.
Fue una sensación extraña. Desde hace más de veinte años yo he sido la que ha dado las noticias y en un momento así estar al otro lado fue raro. Pero también te da otra perspectiva. Al final los periodistas somos unos “yonkis” de la actualidad y me dije: “Mira, no. Voy a desconectar” y me puse a hacer pan. Fue curioso y a la vez muy enriquecedor, un aprendizaje muy bueno.
En esta entrevista te vemos muy bailonga y divertida, ¿es mentira eso de que los presentadores de informativos son serios y aburridos?
Mi estado natural es estar riéndome todo el rato. Recuerdo una anécdota que me impactó mucho. Un día iba por la calle, con unos amigos y me paró una señora y me dijo: “Anda, si hasta te ríes”.
¿Cómo eres de verdad?
Una persona con muchos altibajos, como una montaña rusa. Quizá porque soy muy emocional y lo vivo y siento todo con intensidad. Me basta escuchar una simple canción para ser feliz y con la misma facilidad me da un bajón.
¿Recuerdas cuándo fue el último bajón?
Ayer. No son bajones de no querer salir de la cama, aunque de esos tenemos todos. Son absurdos y muchas veces pienso que es la química la que los desencadena.
Entrando en el terreno laboral, has estado grabando Mujeres al poder, ¿qué nos puedes adelantar?
Es un formato maravilloso que no pude rechazar. Lo que hacemos es contar la vida en este caso de 26 mujeres, a las que les ha ocurrido algo, han tenido que tomar las riendas de su vida y, por fin, son felices haciendo lo que hacen. Tenemos desde altísimas ejecutivas a una campesina que aprendió a leer con setenta años y que lleva publicados tres libros de poesía. Hemos sido felices conociendo a esas mujeres que nos han enseñado que en esta vida hay que tener los ojos abiertos y ser humildes. Estoy deseando que la gente lo vea.
¿Qué proyecto te gustaría para este 2021?
Mi tele la lleva un señor muy sabio, Paolo Vasile, que sabe como nadie dirigir las carreras de las personas que trabajan para él. A mí me ofreció este programa maravilloso y lo que me ofrezca en 2021, bienvenido sea. Estoy deseando saberlo, hasta con nervios de saber qué reto me va a proponer.
Este año no celebras la Navidad con tu familia. Sabiendo lo unida que estás a tu madre, no habrá sido una decisión fácil de tomar.
Me vas a hacer llorar. La semana pasada estuve en Barcelona grabando y mi madre me decía: “Piénsatelo”... No lo hago por mí, lo hago por ella. Ella está sola en una casa en Barcelona y mi padre en el pueblo (están divorciados), además es diabético, y ha pasado ya por dos neumonías. Como lo pille… Él, que ha trabajado toda la vida en el sector médico, me llamó y me dijo: “¡No se te ocurra venir!”. Pero no por él, sino por mí. Celebraremos las Navidades en Semana Santa, y de hecho voy a dejar el árbol puesto hasta entonces. Mis hijas van a estar encantadas.