El que fuera novio de Lara Dibildos ha vuelto a recibir ayuda médica tras haber sido detenido y más tarde puesto en libertad.

Los últimos días no están siendo en absoluto sencillos para Cándido Conde-Pumpido. Tras haber sido detenido y puesto en libertad por una presunta agresión sexual, el abogado ha tenido que hacer frente a un nuevo varapalo, esta vez relacionado con su salud. Y es que, durante la noche del pasado viernes, 10 de noviembre, el que fuera novio de Lara Dibildos ingresaba en un centro psiquiátrico de Madrid.

Cándido Conde-Pumpido ha sido acusado de presunta agresión sexual grupal
Cándido Conde-Pumpido con un traje. (Foto: Gtres)

Tal y como han confirmado fuentes médicas, la ambulancia del SUMMA, escoltada por el Cuerpo Nacional de Policía, se personaba en el domicilio del letrado, ubicado en el barrio de Canillejas. Cándido Conde-Pumpido fue evacuado por una unidad especializada de un centro médico de la capital por medio de una orden judicial. Así lo han revelado fuentes policiales, que aseguran que, tras un supuesto intento autolítico y por petición de un familiar directo, el abogado ha tenido que ser desplazado hasta un hospital de Madrid hasta que su situación mejor de manera considerable.

Ha sido ‘El Mundo’ el encargado de sacar a relucir el paradero actual de Cándido, para quien esta semana podría decirse que ha sido una montaña rusa de emociones en toda regla. Era el domingo 5 de noviembre cuando el letrado era puesto en libertad tras haber pasado varias horas en el calabozo. El motivo que le llevó a permanecer vigilado por las autoridades pertinentes no fue otro que la denuncia por una presunta agresión sexual a una chica brasileña durante la madrugada del viernes, 3 de noviembre, en Madrid.

Candido Conde-Pumpido y Lara Dibildos
Conde-Pumpido y Lara Dibildos paseando. (Foto: Gtres)

La tormenta de Cándido Conde-Pumpido tras ser detenido y, más tarde, puesto en libertad

Dos días después de su detención, la jueza asignada al caso no dio validez a la versión de la mujer y Conde-Pumpido fue puesto en libertad: “El visionado de las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad de la casa no se corresponden con el relato de los hechos que hace la denunciante (…) En las imágenes se ve a la denunciante situada por distintas estancias de la casa, cocina, dormitorio, parte exterior de la casa, en compañía de Conde-Pumpido unas veces y sola en otras ocasiones. Específicamente puede observarse a la denunciante y al denunciado en uno de los dormitorios durante varias horas, entrando y saliendo. Sin que pueda adivinarse ninguna situación coincidente con el relato de hechos por ella mantenido”, zanjaba la instructora.

Pero ni esa libertad hizo que el abogado respirara tranquilo ya que más tarde era ingresado en un centro médico de la capital por una fuerte crisis de ansiedad: “Está muy afectado psicológicamente desde que todo ocurrió el pasado viernes. La repercusión mediática y la magnitud que está alcanzando el caso, han hecho que tenga que recibir asistencia sanitaria”, se explicaba.

Finalmente, este bache quedaba en un susto y los medios de comunicación captaban al protagonista de la polémica llegando a su casa en su moto. Un momento en el que el letrado admitía haber “pasado por urgencias por una crisis de ansiedad”, aunque ahora está “muy tranquilo” y dispuesto a dar su versión ante la Justicia siempre que ésta lo requiera.