"Era tal el destrozo que cuando intento girarme con las piernas me toco la piel, el testículo", recuerda Canales Rivera. Es la primera vez que habla en detalle de su grave cogida.
El pasado viernes, 26 de agosto, José Antonio Canales Rivera nos dio un enorme susto al sufrir una cogida en Retuerta del Bullaque, Ciudad Real. El sobrino del mítico Paquirri regresaba a los ruedos y, tras ser pillado por el toro que lidiaba, tuvo ser operado de urgencia mientras se trasladaba en la ambulancia al hospital. La cornada afectó a la bolsa testicular, por lo que no quedó más remedio que intervenir de inmediato. Este martes, el torero ha contado por primera vez cómo vivió -y sufrió- este duro golpe en una zona tan delicada: "No es la primera vez que me dan en esa zona. Es la cuarta vez que sufro una cornada en la zona escrotal".
En una intervención en directo con 'Sálvame', donde trabaja como colaborador, el gaditano ha tranquilizado a sus compañeros. Se encuentra bien, y muy recuperado ya de las dos intervenciones quirúrgicas a la que fue sometido. En un primer momento fue intervenido en la ambulancia, sin anestesia, para cerrar la herida y evitar una posible hemorragia. Una vez que llegó al centro sanitario lo operaron nuevamente, esta vez en el quirófano. "Tampoco lo tengo muy claro, pero en la unidad móvil, el propio cirujano, no fiándose de que pudiera haber alguna trayectoria o si tenía algún conducto roto, llama al urólogo jefe de Ciudad Real para que me vuelvan a abrir con anestesia general. Allí me vuelven a operar y me vuelven a revisar por todos los sitios. Hasta el momento, todo va bien. Espero y confío que pasado todo lo que estoy pasando que esté todo bien", ha contado.
"Aquello baila como pelotas de ping pong", cuenta Canales Rivera de su grave cogida
Acostumbrado a este tipo de contratiempos, Canales Rivera se muestra positivo: "Estas cosas suceden cuando te pones delante de un toro". También está plenamente confiado en su recuperación. Lo peor, lo más doloroso, ha pasado ya. Imposible olvidar lo que sintió cuando el asta de toro le destrozó la zona testicular: "Siento cómo se me abren las carnes. Y digo: ¡Cojones! Es lo único que se me ocurrió decir". Sus compañeros de Telecinco escuchaban anonadados su relato. "Yo quería terminar lo que había empezado. Hay un momento que me miro. Era tal el destrozo que cuando yo intento girarme con las piernas me toco la piel, el testículo. Fijaros la crueldad enorme... Ya cuando veo que veo que me está doliendo tanto y que aquello baila como pelotas de ping pong, ya digo: ¡Qué cojones, venga ya!".
El relato de Canales Rivera ha dejado claro que se tomó con enorme entereza lo sucedido: "El que pone los límites eres tú. Todo depende de cómo te comportes en una situación tan dramática y tan extrema. Si te pones en lo peor, todo lo que está a tu alrededor se pone peor que tú". Lo importante ahora es que todo ha pasado ya. Y que, si todo sale como espera, pronto estará de vuelta en los ruedos. En este proceso, su novia, Isabel Márquez, está siendo su mayor apoyo: "Ha estado más que a la altura de las circunstancias".