Mientras el mundo entero permanece paralizado ante la crisis del coronavirus, que continúa su avance imparable tras haber infectado a cerca de 1,5 millones de personas en todo el planeta, Ben Affleck continúa con su vida. Esto pasa por continuar con su romance con la actriz española Ana de Armas, con la que ha formado una de las parejas sorpresas del año y también de las más buscadas por los profesionales gráficos. Desde hace unas semanas, la pareja de actores parecen inseparables, lo que terminó por confirmar los rumores que apuntaban a que entre ellos había surgido el amor.

Tras publicarse las primeras fotos de su beso durante un romántico paseo por las playas de Costa Rica, han sido incontables las veces que se han dejado ver juntos por las calles de Los Ángeles en actitud cariñosa. Lo han hecho juntos, regalándose mimos ante la atenta mirada de los curiosos y los fotógrafos, así como en compañía de sus respectivos perros, a los que pasean desatendiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias de minimizar las salidas de casa al máximo para no contribuir el avance del coronavirus por las calles de Estados Unidos. Por eso sorprende mucho ver por primera vez a Ben Affleck solo, sin Ana de Armas, quien se ha convertido en su sombra desde hace un mes, cuando comenzaron a frecuentarse en público y no ya de puertas para dentro.

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Eso sí, esta vez Ben Affleck no está sonriente como así se ha dejado ver con Ana de Armas durante los últimos días. El rictus serio del actor ha llamado mucho la atención de todos, pero quizá su última salida de casa no era tan placentera como las anteriores. El intérprete ha tenido que acudir a la casa de su exmujer, Jennifer Garner, para visitar a sus hijos. A pesar de que, en un primer momento, su separación parecía amistosa y la expareja se llevaba a las mil maravillas por el bien de sus vástagos, ahora parece que las cosas se han torcido, como así se desprende de las últimas fotos del actor saliendo de la residencia en la que su ex respeta la cuarentena por el coronavirus.

La entrada en juego de Ana de Armas ha dejado en jaque a Jennifer Garner, que en los últimos días ha lucido una sudadera con un corazón roto impreso en ella. De hecho, la ha utilizado durante tres días seguidos. Antes de su aparición en la vida de Ben Affleck, muchos medios estadounidenses daban por segura la reconciliación de la pareja de actores. Se aseguraba que el buen rollito que el exmatrimonio mantenía era pieza clave para sentar las bases de una nueva oportunidad, después de que el actor se pusiese en manos de profesionales para superar sus problemas de adicción con el alcohol, que él mismo confesó. Tras dejar atrás los fantasmas del pasado que echaron por tierra su matrimonio, todo apuntaba a que todo volvería a la normalidad, pero ahora parece que esta normalidad ha llegado, pero con Ana de Armas como protagonista principal de la historia.