No sabíamos nada de ella desde que fue ingresada, el pasado viernes, en la Clínica de La Luz de Madrid para ser operada tras fracturarse la tibia y peroné. Fue el pasado viernes 6 de mayo cuando, poco después de pasar por quirófano, su marido, Miguel Marcos, revelaba que "ha ido todo bien". Este ha sido el único parte que hemos tenido hasta la fecha de la colaboradora de ‘Sálvame’, quien sufrió una aparatosa caída en directo cuando participaba en una prueba.
Tres días después de haberse sometido a una intervención, la de Paracuellos sigue con los ánimos por los suelos. "Está siendo complicado hablar con Belén y con su entorno. Está saturada y abrumada, he hecho tiene el teléfono apagado", ha comentado Sergi Ferré. El reportero ha estado aguardando en la clínica durante horas, a la espera de poder coincidir con Miguel. Cuando este ha salido a la cafetería lo ha saludado le ha dicho que subiera a a la habitación. Ha sido entonces cuando ha "podido estar con ella 15 minutos".
"Le está costando conciliar en sueño, está durmiendo fatal"
El estado de Belén no es tan bueno como todos desearíamos. "Ha sido una operación más complicada de lo que esperaba, ha sido una operación bastante larga. Ha ido todo muy bien, está en muy buenas manos. El doctor que la ha intervenido es una eminencia. El médico le ha explicado que el peroné es como si fuera de cristal y ha estallado en un montón de pedazos. La fractura ha sido muy considerable".
De momento, la colaboradora "tiene para largo" en el hospital porque el postoperatorio "es muy doloroso. Tienen que estar administrándole constantemente calmantes. Le está costando conciliar en sueño, está durmiendo fatal".
"Está muy desanimada. Nada más verme se ha puesto a llorar. Está muy floja y muy baja de ánimos", ha relatado el compañero de Belén. "Le gustaría ir a su casa, eso la tiene nerviosa, pero cada dos por tres se queda dormida porque los calmantes son muy fuertes. Están intentando ver si pueden ir disminuyendo los calmantes poco a poco. La imagen es desoladora. Está hundida. Tiene la pierna amoratada y una máquina al lado de la escayola que le va drenando. Mínimo va a estar 10 días ingresada. Y la reincorporación al trabajo... estamos hablando de meses".
A pesar del duro bache que atraviesa, Belén Esteban está en la mejor compañía. Su marido, Miguel Marcos, no se separa de ella. Siempre discreto y en un segundo plano, el conductor de ambulancias está siendo el mayor apoyo para la colaboradora, quien apenas responde -solo muy puntualmente- a los numerosos mensajes de apoyo que está recibiendo a través de su teléfono móvil por parte de amigos, compañeros de trabajo y familiares. Desde el pasado viernes ocupa la mayor parte de su tiempo durmiendo y recuperando fuerzas para su ansiada fecha de alta, que aún queda bastante lejana.
Vídeo: Europa Press
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