Fue 'el animal más bello del mundo', tal como se la conocía en el Hollywood de los años 50, aunque ella siempre renegó de ese calificativo. La vida de Ava Gardner fue apasionante y apasionada, como ella misma, sin embargo, sus últimos años fueron solitarios y decadentes, como les sucedió a muchas de las estrellas de la época dorada de la meca del cine.
Ava Gardner nació el 24 de diciembre de 1922 en una granja de tabaco de la pequeña comunidad rural de Johnston (Carolina del Norte), en el seno de una familia muy humilde dedicada al cultivo de tabaco y algodón: "Menudo regalo de Navidad debí ser para mis padres, que ya tenían cuatro hijas y dos hijos. Yo les hacía tanta falta como un disparo en la cabeza", afirmó con sarcasmo sobre su llegada al mundo.
Una belleza irresistible, con un punto salvaje, fue su mejor pasaporte para salir de ese entorno rural hacia una nueva vida que la convirtió en un mito, a pesar de que ella nunca se vio como esa rutilante estrella tan admirada como deseada: "Soy una chica sencilla de campo, y nunca he pretendido ser otra cosa", aseguraba cuando su nombre ya estaba en el Olimpo del séptimo arte. Con 18 años, estando visitando a su hermana mayor en Nueva York, el marido de esta, que era fotógrafo, le hizo unas fotografías y decidió colgarlas en el escaparate de su estudio de la Quinta Avenida. Dio la casualidad de que un cazatalentos de los poderosos estudios Metro Goldwyn Mayer las vio y se puso en contacto con ella. A partir de ese momento comenzaron a asentarse las bases de una carrera y de una vida de auténtica leyenda.
Los comienzos de Ava Gardner como actriz
Ava firmó un contrato de siete años con la compañía. Era 1941 y lo primero que hizo nada más instalarse en la Gran Manzana fue ir a clases de arte dramático y dicción, ya que su acento de Carolina del Norte era prácticamente incomprensible. Paralelo a sus comienzos profesionales desarrolló una apasionada vida sentimental marcada por su personalidad fuerte, libre y rebelde. Nada que ver con la joven insegura y tímida de sus primeros años de carrera.
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El primer amor fue poco después de llegar a Hollywood. Él ya era una estrella (bajita, medía 1,57 metros, pero estrella), mientras que ella daba sus primeros pasos en el star system con solo 19 años. Mickey Rooney y Ava Gardner vivieron una historia tan intensa como fugaz. Se conocieron en 1941 cuando él estaba rodando ‘Los chicos de Broadway’ y la vio entrar al plató. Esa misma noche la llamó y un año después ya estaban casados. Fue una unión marcada por el sexo y el alcohol: "Cuando pienso en aquel matrimonio, pienso en los clubs de noche. Allí es donde aprendí a beber, a beber de verdad. Aunque todos los clubs eran estrictos con la venta de alcohol a menores (no había cumplido los 21 años), Mick me servía los Martinis secos en tazas de café", recordaba Ava sobre ese matrimonio. Pronto empezaron las infidelidades del actor, y un año después de la boda Ava le echó de casa cuando en medio de una terrible pelea Rooney le sacó su agenda y comenzó a señalar a todas sus amantes y lo magníficas que eran en la cama.
El siguiente amor fue el músico de jazz Artie Shaw, quien amaba tanto su belleza como la menospreciaba por su falta de cultura. El matrimonio, también marcado por las infidelidades de él, solo duró un año. Después llegó el gran amor de su vida y también El más explosivo y loco. Nada más y nada menos que Frank Sinatra. Se vieron por primera vez en un restaurante a principios de los 40, cuando ella estaba casada con Mickey Rooney. "Eh, ¿por qué no te he conocido antes que Mickey? Hubiera podido ser yo quien se casara contigo", le dijo el cantante. Comenzaron su historia en 1949, cuando él todavía estaba casado con Nancy Barbato, lo que supuso un gran escándalo para la moralidad conservadora en América de la época, y se dieron el ‘sí, quiero’ en 1951.
La historia de amor de Ava Gardner y Frank Sinatra
Temperamentales, excesivos, apasionados… Ava Gardner y Frank Sinatra encontraron el uno en el otro la horma de su zapato. Cuando ese genio se juntaba con el alcohol y los celos, hasta los platos volaban en su mansión de Palm Springs: "Tanto Frank como yo somos personas muy excitables, posesivas y celosas, propensas a explosiones rápidas. Cuando pierdo los estribos no los encuentro por ninguna parte. Tengo que desahogarme, y él es igual que yo", afirmaba la actriz en aquella época
En los comienzos de relación la carrera de Frank no pasaba por su mejor momento, mientras en Ava se convertía en una gran estrella, lo que no hacía más que complicar la relación de la pareja. Las disputas y las escenas de celos eran constantes. En 1951 Ava viajó a España para rodar la película Pandora y el holandés errante y le fue infiel por primera vez a Sinatra (él lo era desde siempre) con el torero y actor Mario Cabré.
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Los celos y las peleas, aderezadas con el alcohol, eran constantes. Sinatra intentó suicidarse en dos ocasiones, Ava abortó en otras dos (una sin que se enterara el cantante y la otra con su oposición) para no perjudicar su carrera. Y así siguieron, apasionadamente enamorados pero sin poder convivir civilizadamente, hasta que el 29 de octubre del 53 la Metro sacaba un comunicado anunciando la separación de la pareja.
Ava tuvo amores como Robert Mitchum, Clark Gable, Steve McQueen, Tyron Power, Errol Flynn o el magnate Howard Hughes, que la cortejó sin éxito durante años, pero Frank Sinatra sería siempre el gran amor de su vida. Convertida en una gran estrella gracias a películas como’ Las nieves del Kilimanjaro’, ‘Mogambo’ o ‘La condesa descalza’, Ava Gardner pronto se desencantó de Hollywood.
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La vida de Ava Gardner en España
En 1955 se instaló en Madrid, primero en una casa en La Moraleja y después en El Viso, donde a lo largo de los 13 años fueron célebres sus fiestas sin fin, sus juergas, y también sus borracheras, rodeada de los personajes más célebres del momento, desde artistas como Lola Flores a aristócratas como la duquesa de Alba. También fue apasionado su romance con el torero Luis Miguel Dominguín. "La llamaban el animal más bello del mundo, pero para mí siempre fue el animalito más solo del mundo", recordaba el actor Carlos Larrañaga con quien también tuvo un affaire en los años que vivió en nuestro país.
Aquí desarrolló una parte importante de su carrera hasta que, a finales de los sesenta, tuvo que abandonar el país por problemas con Hacienda. En sus últimos años de reclusión y soledad en Londres seguía teniendo contacto con Frank Sinatra, quien, a pesar del tormentoso matrimonio, nunca la abandonó. De hecho, fue el cantante quien le costeó el tratamiento médico cuando sufrió una apoplejía en 1986. Fueron precisamente el cantante y María Callas la música que llenó sus últimos años.
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La prematura muerte de Ava Gardner
Ava murió con solo 67 años en un noche de tormenta (la mejor metáfora de lo que fue su vida), el 25 de enero de 1990. Treinta y cinco años después, La condesa descalza sigue siendo una de las estrellas más rutilantes del Hollywood dorado y nadie ha podido arrebatarle el calificativo de ‘el animal más bello del mundo’.
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Con sus brillantes luces y también sus infernales sombras, la actriz recordó así su vida en sus memorias Ava Gardner. Las conversaciones secretas, que se publicaron tras su muerte: "Si tuviese que volver a vivir mi vida, la viviría exactamente igual. Tal vez un par de cambios por aquí y allá, pero nada en especial. Porque la verdad, encanto, es que he disfrutado de mi vida. Me lo he pasado en grande".