Ariadne Artiles ha hablado de un tabú entre las madre y es que los miedos e inseguridades ante la llegada de sus gemelas pueden poner en peligro su relación con su primera hija, Ari. Pero esta no es su única preocupación
Ariadne Artiles estaba encantada con su primera hija, Ari, que reinaba en su casa sin competencia. Sin embargo, la modelo quería ampliar la familia para darle un hermanito a su hija. Lo que no entraba en sus planes es que el segundo embarazo vendría bendecido por partida doble y es que espera gemelas. A sus 39 años, la canaria está a punto de cumplir un sueño de formar una familia numerosa, aunque este sueño ha llegado acompañado de miedos e inseguridades que preocupan mucho a la maniquí, que ha querido hablar sobre estas preocupaciones que le embargan ahora que sabe que su vida cambiará radicalmente. Un testimonio que quizá no goce con el respaldo de la mayoría y es que poner en duda algunos aspectos de la maternidad en público no suele estar bien visto, aunque todas las mujeres han pensado lo mismo en su misma situación, pese a callarlo por no contrariar al resto. Ariadne Artiles no es de callarse nada y no tiene reparos en hablar a corazón abierto.“Dentro de nada esta será mi manada”, escribía Ariadne Artiles como acompañamiento a una ilustración de una osa andando por la orilla acompañada de sus crías. “Así me las imagino, un equipo de 3 mujeres lideradas por su hermana mayor. Siendo una niña tan maternal, estoy segura de que será la mejor guía y compañera del mundo y confío en que se adaptará. Pero y nosotros, los padres, ¿cómo lo haremos?”, termina preguntándose la modelo, que ya plantea sus inquietudes sobre lo que se le avecina y es que ahora tendrá que sacar adelante dos nuevos bebés, más su hija Ari, con todo el trabajo que ya tenía entre manos.
“Aún nos quedan varios meses por delante y soy incapaz de imaginarme queriendo de la misma manera a otras dos personitas tanto como quiero a Ari. Es como si pensáramos en enamorarnos a pares, parece difícil, aunque supongo que no imposible”, comienza a explicar Ariadne Artiles, que tiene dudas de que el amor que siente por su hija ahora se pueda replicar de tal forma que quiera igual a otras dos personas. Algo que sucederá, por lógica, pero que ahora no llega a comprender, lo que hace que en su mente surjan otras muchas dudas e inquietudes. “A veces la mente me juega malas pasadas y por momentos me siento que vienen a invadir nuestra relación tan única, tan nuestra. Pensamientos contradictorios me vienen por momentos ya que nada puedo desear más que tener a estas dos enanas conmigo, pero a veces siento miedo, no lo voy a negar, miedo de que nos quiten eso tan bonito que tenemos”.
El vínculo que Ariadne Artiles ha creado con su hija Ari es único. De ahí que le cueste creer que pueda formar otros vínculos tan fuertes como este, aunque sea inminente, y también tenga pensamientos intrusivos que le hagan pensar que este vínculo podría debilitarse por la llegada de dos nuevos retoños a su casa. Unas dudas que la propia modelo aduce que son fruto de las hormonas, que le “juegan malas pasadas”. Eso sí, no tiene duda en que su embarazo doble, la espera de dos niñas gemelas en su vida, es todo un “regalazo”.En sus planes nunca estaba la idea de ampliar la familia, tal y como ella ha confesado, pero su embarazo fue una buena nueva que no dudó en compartir con ilusión con sus seguidores: “Esta es mi cara de felicidad desde que supe que tenía dos corazones dentro de mi pequeña panza. Tres corazones en un mismo ser, qué maravillosa la naturaleza que da vida a tres mujeres en un mismo cuerpo”, decía cuando anunció que estaba de nuevo embarazada. Después ha ido compartiendo con sus fans más detalles de cómo está llevando el embarazo y la ilusión que le hace esta nueva aventura que está descubriendo, pese a que “ser madre de gemelas nunca estuvo en mis planes y eso es lo mejor de todo, por primera vez la vida me ha sorprendido sin darme ni voz ni voto”.
Un placer que compartirá junto a su marido, José María García Fraile, hijo del popular periodista deportivo José María García, con el que no tiene planes de pasar por el altar para cambiar su estado en el Registro Civil. Quizá esta sea otra de las sorpresas que la vida le depare, pero para eso antes su chico debe hincar la rodilla en el suelo, desenfundar un anillo de compromiso y pronunciar la importante pregunta.