La conocida tenista Arantxa Sánchez Vicario y su exesposo, Josep Santacana, se ven envueltos en un laberinto legal que los obligará a enfrentarse a la justicia una vez más. La espera ha sido larga, y el camino hasta aquí, lleno de obstáculos y sorpresas. La titular del juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona ha convocado a la ex pareja y a quienes se señalan como sus testaferros en un juicio oral que se prevé se extienda durante todo el mes de octubre. Con alrededor de 10 sesiones no consecutivas en el horizonte, las expectativas en torno al caso son altas.
La deuda llegó a los 7,5 millones de euros
La causa de este juicio se encuentra en una deuda que arrastra Sánchez Vicario desde 2009. Por aquel entonces, el Tribunal Supremo confirmó que la tenista debía hacer frente a una multa de 3,5 millones de euros más intereses por evasión fiscal, sumando un total de 5,2 millones de euros. Esta suma debía ser abonada al Banco de Luxemburgo, entidad que luego de múltiples intentos fallidos de comunicación con la deportista, decidió emprender acciones legales contra ella y su entonces esposo. La situación se complica al saberse que Arantxa y Santacana, ya separados, enfrentan una posible condena de 4 años de prisión y una indemnización de más de 6 millones de euros. Pero, ¿Cómo han llegado hasta aquí?
Parece ser que el núcleo del conflicto radica en un acto de alzamiento de bienes o insolvencia punible, después de que Sánchez Vicario no proporcionara una lista de bienes para ser embargados y cubrir la deuda, que llegó a ascender hasta los 7,5 millones de euros. Ante este panorama, el Banco de Luxemburgo optó por la vía penal en 2015, presentando una querella contra la tenista y su exmarido.
La expareja se acusa mutuamente
Hasta la fecha, la entidad bancaria solo ha logrado recuperar 1,8 millones de euros del total adeudado. La situación empeora al descubrirse que, según la entidad bancaria, la pareja actuó de común acuerdo para hacer desaparecer el patrimonio de la tenista, con el objetivo de evadir su responsabilidad financiera.
En octubre de 2021, Arantxa presentó su escrito de defensa, admitiendo haber ocultado bienes. Sin embargo, señaló a su exmarido, Josep Santacana, como el verdadero culpable, alegando que la había manipulado y dilapidado gran parte de su fortuna sin su conocimiento. Josep, por su parte, también busca desvincularse. Asegura que solo se encargaba de gestionar los intereses de marketing y relaciones públicas y no tenía relación alguna con la administración del patrimonio de Arantxa. Ahora, ambos se culpan mutuamente.
A medida que se acerca la fecha del juicio, las probabilidades de que Arantxa evite una condena de cárcel dependen de un posible acuerdo con la Fiscalía y el Banco de Luxemburgo. Aunque siempre ha manifestado su intención de pagar, parece improbable que pueda hacer frente a los 6 millones de euros que adeuda.