Nuestro encuentro con Antonio Carmona (57) tuvo lugar en un estudio de grabación del centro de Madrid. Un espacio que no suele ser el habitual para realizar entrevistas, pero que el artista, embajador del nuevo Citroën C5X, quiso compartir con nosotros para que conociéramos su ambiente natural, presentarnos su nuevo single y proponernos el reto de cantar junto a él tema 'Me encanta', que le dedicó a su padre poco antes de morir. Una experiencia única y muy divertida que nos permitió llegar hasta su alma gitana y hablar largo tendido sobre Juan ‘el Habichuela’; sobre su mujer, Mariola Orellana, y sus hijas; sobre el flamenco y ‘la fatiga’, tan importante según él para componer, y sobre la vida y la muerte, que de eso Antonio también sabe.
Háblame de tu nuevo single 'El punto sobre la i', un tema precioso que hemos podido escuchar en primicia.
Es un bolero que rinde homenaje a la mujer. El letrista es Benjamín Prado, un escritor maravilloso del que me hice colega durante la pandemia. Lo que habéis oído es una maqueta, aún falta trabajarla, pero estará lista en unos días. Ahora estoy metido en el estudio con un productor llamado Rayito, que se hizo muy popular porque fue un niño prodigio que tocaba la guitarra de maravilla.
¿Quién es ‘tu punto sobre la i’?
La persona con la que convivo desde hace 33 años, con la que tengo mis momentos y mis lamentos, que es mi mujer.
¿Hubieras llegado a donde lo has hecho sin tener a Mariola a tu lado?
Formamos un buen equipo. Ni ella ni yo hubiéramos llegado a donde hemos llegado. Nos hemos respetado mucho, por-que trabajar los dos en la música y estar desde que te levantas hasta que te acuestas hablando de ello es complicado. También tenemos nuestra personalidad, ¿eh? Y llega un momento en que yo necesito mi aire y me voy a Cádiz, y a Mariola le pasa igual. Ahora, por ejemplo, está ultimando todos los detalles del museo de Lola Flores, que inauguran en breve. Hay que darse aire para poder llevar tantos años.
¿Sacarás disco pronto?
Lo quiero sacar antes de los Grammy, que se hacen este año en noviembre, en Sevilla. Creo que es muy importante estar en cualquier categoría de los Grammy, porque te da mucha visibilidad.
¿Y harás gira?
Yo trabajo todo el rato, con disco, sin disco, con dos músicos, con diez... Lo que más me gusta es el escenario y ver las caras de ilusión de las personas que vienen a verme.
¿A quiénes llevas contigo en tu espectáculo?
Mi hija Lucía viene de vez en cuando, porque ella lleva más su profesión por otro lado. Pero llevo conmigo a mi otra hija, Marina, a mi sobrinos Juan y Lucas Carmona y a un nieto del Pescaílla, Carlos Carmona, que es mi primo hermano. Ellos dan frescura a mis temas. Somos un clan. Lo que nos gusta es la carretera y tocar. Es para lo que hemos nacido y lo que hacían mi padre y mi abuelo.
¿Tus hijas te ayudan?
Más que ayudar… hay que estar pendiente de ellas todo el rato. Como padre, creo que es-tamos educando a los hijos con muchas comodidades. Recuerdo cuando trabajaba en los ta-blaos flamenco y entraba a las 9 de la noche salía a las 5 de la mañana. Eso mis hijas ni lo han visto de cerca. No han pasado fatiga, que es algo que viene muy bien para componer. El flamenco ha tenido mucha fatiga y por eso es lo que es (risas).
¿Cómo las ves como artistas?
Mejor te voy a responder cómo me encantaría verlas... Me encantaría verlas situadas dándole una vuelta de tuerca al apellido Carmona, como yo se la di respecto a mi padre. En lo personal, están felices las dos y musicalmente, ambas son estupendas compositoras, cantan en francés, porque han estudiado en el Liceo Francés, y son buenas artistas. Pero en la época que vivimos, tienen que trabajar el triple para que la gente las conozca. Antes, salías dos veces en la tele y ya eras conocido, pero ahora, con las redes, hay mucha gente conocida.
¿Cómo fueron tus inicios?
Nosotros empezamos a cantar en el tablao Los canastero, de Manolo Caracol. Por ahí iban artistas como Remedios Amaya o el Pescaílla, y nosotros éramos el grupo que tocaba para ellos. Esos trasnoches fueron importantes para sentir lo que hago ahora, aun-que ya no trasnocho porque estoy mayor (risas).
¿Echas de menos la época de Ketama?
Ahora ya no, porque estoy feliz. Tengo tres discos en solitario. Cuando me fui a Los Ángeles para grabar mi primer disco, por primera vez encontré al Antonio Carmona de ver-dad, porque antes era compartido. Fue muy bonito vivir con ellos tantos momentos, pero necesitaba afianzarme como yo mismo. Eso sí, nunca voy a tener unas guitarras como las de mis dos hermanos, Juan y Josemi.
A ver quién puede decir que ha sido telonero de Frank Sinatra...
Sí, lo fuimos. Ver a ese artista cómo se encendía un cigarro y se tomaba un bourbon antes de salir fue maravilloso, aunque ya era mayor e iba con sus letras escritas porque se le olvidaban.
¿El gran susto que tuviste en 2017 te ha cambiado la vida?
Sí (guarda silencio). Estuve una semana en coma inducido. Me podía haber quedado en el sitio, pero volví a la vida. Soy disfrutón y trabajador, aunque me gustaría más disfrutar de lo que trabajo, porque trabajo mucho. Pero es verdad que cuando pasas por situaciones así, te da para pensar muchas cosas y te cambia.
¿Fue por una infección por un implante dental?
Fueron muchas cosas... Me hice un implante, pero seguí trabajando mucho y se complicó por una infección. Estuve muy grave, pero lo importante es que estoy vivo para contarlo.
Cuentas que estando en coma veías a tu padre…
Sí, estuve unas semanas entubado y le veía... Él no me hablaba, solo me miraba.
El tema 'Me encanta', que hemos cantado contigo, es muy especial para ti…
Sí, es un homenaje que le hice a mi padre justo antes de que muriera, explicando por qué nos trajo desde Granada a Madrid y nos metió en una casa de 20 metros. Fue manera de agradecerle lo que hizo por nosotros.
Los Flores y los Carmona sois familia.
Sí, somos vecinos de Cádiz y tenemos mucha relación. Rosario y Lolita son mis hermanas. Las conocí hace 33 años y, desde entonces, mi mujer trabaja con ellas y compartimos muchas cosas: mucho dolor cuando se fueron Antonio, Lola y todos ellos, pero también muchas giras. Ahora vengo de estar con ellas en Puerto Rico y Miami. Hay una sinergia entre los Habichuela y los Flores que tiene buena pinta y creo que nuestros hijos van a seguir por ese camino.
Has cedido algo al museo de Lola Flores.
Solo hay una foto mía. Pero mi casa está llena de cosas suyas: chaquetas que me regalaba el Pescaílla, abanicos, libros poesías de Lola... Tengo en mi casa un museo de Lola.
¿Qué proyectos tienes ahora?
Tengo previsto hacer un documental para acercar la cultura y la música gitana de Europa al mundo.