Se ha convertido en la favorita del público y del jurado. Con su actuación de Chanel, en ‘Tu cara Me suena’, se ha metido en el bolsillo a la audiencia del programa, gracias a sus grandes dotes para la actuación y por su sencillez y cercanía. La catalana, que cuenta con una extensa carrera en teatro, cine y televisión, nos abre las puertas de su nueva casa y nos presenta a su marido, Rosco. Cantante con una amplia formación al igual que ella y con el que forma desde hace tres años el grupo ‘Hotel Flamingo’. La pareja, que acaba de lanzar su primer disco, nos concede su entrevista más emotiva y revelan el dulce momento que están viviendo tanto en lo personal, como en lo profesional.
¡Muchas gracias por abrirnos las puertas de vuestra casa!
Andrea Guasch: A vosotros por venir y ver este desastre de casa recién estrenada. Creo que sois de las primeras personas que vienen (se ríe).
¿Acabáis de mudaros?
A: Entramos en diciembre, pero como he estado con las grabaciones de Tu cara me suena y mi marido, Bosco, me ha estado acompañando todas las semanas, no hemos podido disfrutarla como se merece.
¿Cuál fue el motivo de tomar la decisión de abandonar el centro y venir a las afueras?
A: Pues porque nos echaban (se ríe).
Rosco: Ocurrió un problema con nuestro casero y a la hora de empezar a mirar alquileres vimos que se habían disparado muchos los precios. Nosotros necesitamos parking y era muy difícil encontrar hasta que apareció esta casa que es muy bonita y tiene mucha luz. También necesitábamos más de una habitación porque queríamos montar un estudio.
Andrea, nos cuentas que has estado con las grabaciones de ‘Tu cara me suena’ ¿Cómo lo estás viviendo?
¡Como un sueño! Creo que es una de las experiencias más chulas de mi vida. Somos todos como una familia, no solo los concursantes, sino todo el equipo. Es una fantasía hacer de artistas que siempre has soñado con ser. Aunque todavía no puedo revelar ningún nombre.
¿Con quién has tenido más feeling?
Es un poco complicado porque creo que todos hemos tenido una conexión especial. Es como elegir entre papá o mamá. Pero el que más me ha sorprendido ha sido Agustín Jiménez. Él es maravilloso, siempre estaba de buen rollo. Es uno de esos cómicos que luego en su casa no es oscuro. Es innato y es como un payaso de verdad, no es de estos cómicos que hacen daño y como artista me ha sorprendido muchísimo.
¿Cómo surgió la oportunidad de participar?
Por un casting que me consiguió mi representante y del que por casi me vuelvo loca.
¿Habías seguido el concurso alguna vez?
Sí, siempre. Mi marido sabe que yo siempre he querido estar ahí desde el principio. Estoy encantada y debo decirte que ha sido un curro increíble, porque además yo tenía los fines de semana, las ladies club, una obra de teatro, entonces, en los autocares, de camino a Burgos me escuchaba las canciones, me veía los vídeos 80 veces y practicaba las coreografías. Al principio era mucha locura, pero ya al final como que ya te acostumbras a ese ritmo y te colocas mejor los horarios.
"A mi marido y a mí nos unió la música", recuerda Andrea Guasch
¿Y qué tal con el jurado?
Ellos han sido muy cariñosos. Sí que es verdad que al final te tienen que dar puntuación y somos nueve y yo creo que en esta temporada hay mucho talento. Incluso los que no cantan tienen mucho talento. Para mí ha sido una gran satisfacción cuando me han puntuado bien porque como artista soy cabezona y perfeccionista y siempre quería hacerlo bien, porque al final es un programa que lo ven 3 millones de personas.
Tu imitación de Chanel se ha vuelto viral y muchos te apuntan como favorita
¡Me he quedado alucinando! Tengo muchas ganas de que veáis todo lo que se viene. Me arde el móvil de todas las cosas que quiero subir y de las que todavía no tengo el permiso. Por ahora solo puedo decir que me siento en una nube.
Vives en esta casa con tu marido, Rosco. Cantante de profesión y con el que tienes un grupo ¿Lo de ustedes ha sido amor a primera vista?
A: A nosotros nos unió la música. Nos conocimos en ‘La llamada’. Fue poco a poco. Al principio era como que cada uno teníamos nuestras vidas, pero empezamos a caernos muy bien, sobre todo cuando nos poníamos a hablar de música.