Ana Soria abandonó las redes sociales el pasado verano y, desde entonces, apenas han trascendido noticias sobre ella. Lleva una vida sencilla junto a Enrique Ponce en Almería, donde apenas hacen ruido, sin embargo, SEMANA sabe cuál es su paradero. La joven, además del día a día junto al torero, también hace quedadas con sus amigas, con las que sigue guardando una bonita amistad. Procura tener con ellas una relación corriente, la misma que existía antes de que llegara al foco mediático. De hecho, este fin de semana se reencontró con ellas, en concreto, con cuatro personas de su confianza con las que incluso se fotografió. Tras varios meses desaparecida, Ana Soria reaparece junto a su mascota Ney, sin Ponce y en una espectacular casa en Almería. Una foto que ha encontrado esta revista, eso sí, este no fue su único plan.
Ana Soria fue a comer con sus amigas a uno de los mejores restaurantes de Almería, donde disfrutaron de una comida deliciosa y unas vistas espectaculares. La joven apostó por una mesa situada en un lugar privilegiado y es que mientras degustaba comida mediterránea, podía mirar la bahía de San José, ya que está situado en primera línea de playa, todo un lujo para los comensales. Hablamos del restaurante Casa Pepe San José, en el que afirmaron sentirse a gusto y donde tenían la posibilidad de degustar un arroz mediterráneo, capaz de dejarte sin palabras. Aunque la diferencia de edad con Ponce podría haberle hecho cambiar de amistades, nada más lejos de la realidad, Ana Soria sigue viendo a las de siempre. No se le olvidan sus orígenes, su círculo y procura compartir tiempo a solas con ellas también.Como cualquier pareja, tienen sus más y sus menos, pero están felices. En especial, desde que no tienen que atajar ninguna polémica y pueden seguir con su rutina en la tierra que vio nacer a Ana Soria. Eso no quita que tengan preocupaciones, hablamos de la situación económica de Enrique Ponce, la cual se ha visto resentida los últimos años. Consciente de que debe sanear sus cuentas, el también empresario ha puesto en alquiler la finca Cetrina para la celebración de bodas. Aunque el arrendamiento no está al alcance de todos los bolsillos, pues los novios deben abonar un total de 5000 euros al día, dinero que podría servir a Ponce para inyectar dinero en su empresa. Desde hace tiempo, una de sus sociedades sufre pérdidas y esto ha obligado al de Chiva a ponerse las pilas para mejorar su salud financiera.
Ana Soria y él han sabido adaptarse a las circunstancias y huyen de los gustos caros y de lo que no necesitan. Además de quedar con algunos amigos, también optan por hacer vida familiar y varias han sido las veces que han sido vistos junto a la familia de Ana. Ponce ha creado un vínculo muy especial con su suegro, Federico Soria, al que adora, tal y como sucedió en su día con Vitoriano Cuevas, el padre de Paloma Cuevas, durante más de dos décadas.