La retirada de Enrique Ponce de los ruedos sorprendió incluso a su entorno. El torero justo un año después de anunciarse su separación de Paloma Cuevas, ha decidido dar un paso atrás. No quiere seguir toreando en un año tan difícil y prefiere vivirlo desde la barrera, eso sí, al lado de su pareja, Ana Soria. Fue hace tan solo unas semanas cuando ambos desaparecieron de las redes sociales, querían alejarse del ruido mediático y creyeron que esa era la mejor opción. Un tiempo después se ha especulado sobre los motivos que han llevado a Ponce a decir adiós a los toros y, de hecho, hay quien habla de un posible embarazo de Ana Soria. La joven almeriense ha aclarado si es o no cierto que se encuentre en estado de buena esperanza y es que de ser así la vida de ambos daría un vuelco en solo unos meses.
A pesar de que ella y Enrique Ponce prefieren permanecer en la sombra, en esta ocasión la estudiante de Derecho ha hecho una excepción. Ha explicado que, de momento, no se han lanzado a la paternidad, por lo que este año no sumarán otro miembro a la familia. Están tranquilos en Almería y todavía no han explicado cuáles serán sus próximos planes. "Te digo que nada de embarazo... como siempre inventando. En nueve meses comprobarás que no te estoy engañando”, ha dicho Ana Soria a 'La Razón'. No quiere ser mamá todavía, se quiere centrar en ella y en su pareja y, por ahora, Ponce no dará un hermanito a sus dos hijas. Su vida ha cambiado mucho en los últimos meses, al igual que la de Paloma Cuevas, su expareja, con quien el torero se reencontrará en solo unos días.
Está previsto que Ponce acuda a la Primera Comunión de su hija Bianca, aunque lo hará en solitario. Ana Soria todavía no conoce a sus hijas y el diestro no se quiere precipitar, ni tampoco empañar un día tan importante para ella. Para este día, Enrique tiene pensadas dos grandes sorpresas que a muchos dejarán boquiabiertos. La cita tendrá lugar en La Cetrina, la finca en la que ambos pasaron el confinamiento cuando todavía no se habían separado. Allí se quiere poner un altar, sillas para los invitados y contarán con un 'regalo' por parte de Ponce. Presumirá de voz, un talento que según su círculo posee desde hace mucho tiempo y aprovechará para cantar algunos boleros ante la que ha sido su familia política y, además, lidiará unas vaquillas. Lo que todavía sigue pendiendo de un hilo y quién sabe si se abordará ese día es el asunto de su divorcio, un proceso que se ha dilatado en el tiempo y que un año después de oficializarse su separación todavía sigue sin ser un hecho.