"Soy la mamá adoptiva, pero genéticamente soy su abuela", ha dicho Ana Obregón. Estas declaraciones de la propia protagonista derriban por completo la idea de que la actriz haya recurrido a gestación subrogada como se ha mantenido estos meses. Da la razón, en cambio, a la revista SEMANA, medio que desde un principio habló de un proceso de adopción a sus 68 años. Tal y como publicó este medio Ana habría acudido a la "adopción preacordada o preplanificada"', la única opción para ella teniendo en cuenta que no estaba casada y que tampoco era la madre genética de Ana Sandra. Las leyes de Florida no hubieran permitido a la empresaria optar por la gestación subrogada y ella buscó otra posibilidad para hacer su deseo y el de su hijo Aless Lequio realidad, ya que no cumplía dos requisitos indispensables. Luis Melgar, autor del libro 'La cigüeña vino de Miami' nos habló largo y tendido sobre el camino por el que se terminó decantando Ana Obregón.
La adopción preacordada ('preplanned adoption agreement', según las leyes del Estado de Florida), es un acuerdo en el que una madre sustituta (la gestante) acepta tener un hijo y renuncia a sus derechos de maternidad en favor de otra persona. Daría igual en este caso que hubiera vinculación genética con un tercero como es el caso de Aless, hijo de Ana Obregón. "Esto consiste en que una mujer se queda embarazada y firma un contrato diciendo que el niño se lo va a dar en adopción a tal persona o pareja. En este caso puede ser un individuo y no hace falta que sea una pareja. Esto es una adopción legal, pero el proceso es diferente. La base de la gestación subrogada es que hay una vinculación genética entre el bebé que nace y los padres". Una vía que ella tomó en uno de los puntos del mapa que más garantía daba a ambas partes, dando igual los kilómetros y el tiempo que tendría que pasar lejos de España.
Para la gestación se ha utilizado la carga genética de Aless, quien congeló su esperma antes de someterse a los tratamientos de quimioterapia para luchar contra el cáncer. Ha sido a través de este complejo camino gracias al que Ana Obregón ha hecho realidad el sueño de su hijo de tener descendencia. Antes de fallecer habría dejado un testamento en el que narraba sus últimas voluntades, entre ellas, tener un hijo, aunque él falleciera. El proceso de adopción preacordada tenía algunos riesgos, de los cuales Ana Obregón ha preferido no dar detalles ni antes ni ahora. Sí lo hizo Luis Melgar, quien a su vez es Primer Secretario de la Embajada de España en Pekín. "Esto tiene unos riesgos, ya que la madre que da en adopción tiene una serie de derechos. Es posible arrepentirse durante el proceso. Con la gestación subrogada desde el principio la gestante está de acuerdo en que el hijo no es suyo, ya que no hay vinculación genética y no puede quedárselo. Puede abortar si lo decide, pero una vez nazca es de los padres. En una adopción preacordada no es así", explicó a SEMANA. Esta marcha atrás no tuvo lugar y Ana Obregón pudo traerse al bebé a España semanas después de su nacimiento.
La adopción preacordada ha obligado a Ana a regirse por un proceso diferente al de la gestación subrogada, un papeleo que todavía Ana no habría formalizado del todo. Su pequeña tiene pasaporte americano por el momento, aunque ella está completamente tranquila de que todo se regularizará muy pronto y no habrá problemas futuros.