La vida de Alfonso de Borbón y Dampierre puede escribirse en clave de tragedia. Una tragedia que abarcó desde una infancia solitaria, marcada por la separación de sus padres; a un matrimonio desdichado con Carmen Martínez-Bordiú; pasando por el gran drama de su vida que fue la muerte en un accidente de coche de su hijo mayor, Francisco; a su propio fallecimiento en un accidente de esquí en Estados Unidos.

Todos sus avatares vitales, unidos a su lucha por ser reconocido como el aspirante legítimo al trono de Francia (incluso hay historias que afirman que también hubo una época que soñó con el de España), lo convirtieron en ese hombre triste y melancólico que nunca pudo escapar a su amargo destino.

Alfonso de Borbón

Alfonso de Borbón falleció el 30 de enero de 1989 en un accidente de esquí en una estación de Colorado (Estados Unidos).

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Su prematuro y terrible final llegó hace treinta y seis años, en la madrugada, hora española, del 31 de enero de 1989, cuando se conoció la noticia del fallecimiento de Alfonso de Borbón en una pista de esquí de la estación de Beaver Creek, en Colorado (EE.UU.) Tenía 52 años y solo una semana después se iban a cumplir cinco años de la muerte de su hijo Francisco.

La trágica muerte de Alfonso de Borbón

El accidente tuvo los mismos componentes trágicos con los que transcurrió su propia vida.

Alrededor de las cuatro de la tarde del 30 de enero, hora local, el duque de Cádiz, en calidad de miembro del Comité de la Federación Internacional de Esquí, estaba inspeccionando una pista cerrada al público en la que al día siguiente se iba a celebrar una prueba de esquí alpino masculino del Campeonato del Mundo.

El aristócrata, esquiador muy cualificado, iba acompañado de un pequeño grupo, entre los que se encontraba el campeón de esquí austriaco y amigo personal, Toni Sailor. En ese momento, un trabajador de la estación, Daniel Conway, manipulaba el cable de acero que iba a soportar la pancarta de meta de la competición.

Portada Semana

Portada de la revista SEMANA con la noticia de la muerte de Alfonso de Borbón que conmocionó a España.

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Tras el paso del resto de los esquiadores y segundos antes de llegar Alfonso a ese punto, el cable se izó a una altura de unos 1,75 metros sobre la nieve, sin que el duque lo viera o pudiera evitarlo, provocándole un fortísimo golpe y desgarramiento de cuello, por el que resultó prácticamente decapitado.

Una atención médica muy cuestionada

La asistencia médica no fue demasiado rápida y el duque permaneció más de media hora esperando, todavía con pulso, a que la ambulancia y la policía local acudieran a su rescate.

Cuando llegaron fue trasladado al Vail Valley Medical Center, donde se certificó su muerte a las 16:48 horas.

La autopsia posterior reveló que la causa de la muerte fue "una gran incisión en forma de media luna de 20,32 centímetros de longitud con penetración de hasta 4,44 centímetros".

El periodista Matías Prats, que se encontraba en Beaver Creek para narrar el campeonato de esquí, afirmó entonces: "El día era bueno, no existía niebla como en un momento se dijo. El accidente parece inexplicable".

¿Accidente u homicidio? Todas las dudas al respecto

La trágica muerte de Alfonso de Borbón no estuvo exenta de teorías sobre si realmente fue un accidente o se trató de un homicidio.

Que los médicos tardaran más de media hora en atenderlo en la nieve y dos horas en trasladarlo al hospital, y que Daniel Conway, el empleado que manipulaba el cable de acero que fracturó el cráneo del duque, desapareciera del mapa y nunca se volviera a saber de él, no hizo más que aumentar las teorías conspiratorias sobre un posible homicidio. 

Pese a que la radio local se refirió en un primer momento al accidente como un atentado y, en un principio, la policía consideró el caso como un homicidio, el informe de la investigación criminal de la oficina del sheriff del condado de Eagle concluyó que todo se debió a un “accidente fortuito”, descartando negligencia por parte de la organización del Campeonato del Mundo de esquí.

Su madre, Emanuela Dampierre, y su pareja, Mirta Miller

Años después, la madre de Alfonso, Emanuela de Dampierre, reconoció en sus memorias que pese a las especulaciones, ella aceptaba que fue un accidente: “Se especuló mucho sobre el asunto y, en mi opinión, fueron muy peregrinas algunas de las ideas que se lanzaron. Con sinceridad, creo que se trató de un trágico accidente”, aseguró.

No fue de la misma opinión la actriz Mirta Miller, que en el momento de la muerte era la pareja (aunque no oficial) del duque de Cádiz: "Hay muchos puntos oscuros. Alfonso era un gran esquiador, frenaba de aquí a un metro aún viniendo con velocidad, era imposible que se ‘tragara’ aquel cable que le seccionó el cuello. Me he enterado de bastantes cosas, y una de ellas es que hicieron desaparecer a las personas que colocaron en medio de la pista aquel cable", manifestó tiempo después.

Mirta Miller

Mirta Miller, actriz famosa del destape y pareja de Alfonso en aquel momento, nunca creyó que se tratara de un accidente.

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Demanda civil de Carmen Martínez-Bordiú

Tras el accidente, su exesposa y madre de su único hijo vivo, Carmen Martínez-Bordiú, interpuso una demanda civil por negligencia en los tribunales de Denver, capital de Colorado.

En ella solicitaba una indemnización de alrededor de 3,6 millones de euros para costear la vida y los estudios de su hijo Luis Alfonso de Borbón hasta que cumpliera 25 años. A punto de abrirse el juicio oral, las partes llegaron a un acuerdo por el que el joven recibió unos 600.000 euros. 

El papel del Rey Juan Carlos en la muerte de su primo

El Rey Juan Carlos, primo del fallecido, fue el encargado de dar la noticia de la muerte a su único hermano, Gonzalo de Borbón. Inmediatamente facilitó un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas para que viajara a recoger los restos de su hermano, algo que hizo acompañado por Cristóbal Martínez-Bordiú, marqués de Villaverde, que había sido suegro del fallecido.

Emanuela Dampierre

Emanuela Dampierre, madre de Alfonso de Borbón, nada más conocer la noticia viajó desde Roma, donde residía.

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Carmen Martínez-Bordiú (entonces ya Carmen Rossi) viajó desde París, donde residía, para estar con su hijo en el domicilio de Pozuelo de Alarcón, en el que el niño vivía con su padre. Y una desconsolada Emanuela Dampierre aterrizó en el aeropuerto de Barajas procedente de su casa de Roma.

También la que era su pareja, Mirta Miller, una reconocida actriz del destape, viajó inmediatamente desde su Argentina natal donde se encontraba de vacaciones. La actriz acudió a la capilla ardiente y al funeral, aunque se mantuvo en un segundo plano, sin el reconocimiento de la familia del fallecido.

Féretro Alfonso de Borbón

El féretro, cubierto por la bandera española, fue portado por ocho trabajadores de Patrimonio Nacional.

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El funeral y entierro en el Monasterio de las Descalzas Reales

Cuando el féretro llegó a España fue trasladado al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, donde se instaló la capilla ardiente. La Familia Real española al completo acudió a dar el pésame a los familiares, especialmente a Luis Alfonso, quien con solo 14 años había perdido ya a su hermano y ahora a su padre.

Los Reyes Juan Carlos y Sofía

Don Juan Carlos da el pésame a su primo Gonzalo de Borbón, ante la presencia de Doña Sofía el y entonces Príncipe Felipe.

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El 2 de febrero se celebró el funeral, también presidido por los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañados por sus tres hijos, y, a continuación, el duque de Cádiz recibió sepultura en la capilla de la Inmaculada, situada a la izquierda del altar mayor.

Gonzalo de Borbón, Emanuela Dampierre y Luis Alfonso de Borbón

En el funeral: Gonzalo de Borbón, Emanuela Dampierre y Luis Alfonso de Borbón, hermano, madre e hijo del fallecido.

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En ese momento su hijo Francisco descansaba en el cementerio de El Pardo, pero años después sus restos mortales se trasladaron a las Descalzas Reales, en una tumba al lado de la de su progenitor.

Tumba Alfonso de Borbón

 Alfonso de Borbón fue enterrado en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid.

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El final de Alfonso de Borbón y Dampierre estuvo a la altura de su desdichada vida. Un hombre que nunca pudo ser feliz y al que Carmen Martínez-Bordiú describió en su libro Cumple años, gana vida: "Diría que Alfonso de Borbón era un hombre triste. Sufrió mucho durante su infancia a causa de la separación de sus padres. Marcó su personalidad".