Alejandro Jiménez, el hijo de Pepe Sancho y María Jiménez, se ha sentado en el 'Deluxe' para relatar el infierno que vivió desde niño. También para explicar cómo la relación con su progenitor se rompió por completo cuando decidió testificar contra él delante de un juez. "Yo soñaba que mataba a golpes a mi padre, le odiaba", ha contado.
"Mi madre era una mujer maltratada", ha subrayado durante una sincera entrevista en la que ha repasado como vivió en carne propia la separación de su padres. Una etapa que ha calificado de "horrorosa". "Uno quería una cosa y el otro otra. Yo estaba en medio y freían a llamarme". Alejandro ha explicado que en su momento los dos deseaban que testificase en contra, pero él siempre optó por contar la verdad. "La excusa de mi padre era que mi madre no le metiese en la cárcel. Yo fui al juez y dije que durante un tiempo fui coaccionado por uno y luego por otro. Yo siempre dije que no había visto el maltrato, solo la sangre".
El sobrecogedor testimonio del hijo de María Jiménez
Según ha contado su hijo, un punto de inflexión para María Jiménez se produjo tras un fuerte enfrentamiento que le llevó a replantearse todo y decir basta. "Después de una pelea vi la sangre de mi madre. Fue ahí donde ella puso freno y dijo: 'Ya no me pegas más'". Alejandro Jiménez ha querido dejar claro que él como niño nunca fue testigo directo del "maltrato físico, solo de las discusiones. Yo hui por miedo y quise desconectar".
"En la presentación del disco de Sabina volvimos al apartamento y tuve una conversación bonita con mi madre. Entonces le dije que no podía mentirla. Tengo que ayudarla. Estás a gusto se lo cuentas y error. Al día siguiente fue y lo dijo en la tele, fue una bomba yo estaba en todos los sitios". Alejandro Jiménez testificó en dos ocasiones frente al juez en contra de su progenitor y tuvo que prepararse a conciencia para ello, incluso precisó de la ayuda profesional de un psicólogo. "Salí del juicio y me fui de vacaciones. A partir de ahí hubo un bloqueo por parte de mi padre. Incluso llamé a un amigo común. Yo le tenía odio por muchos aspectos. Era un crío y no entendía. Yo necesitaba a alguien que me apoyara en ese momento".
Finalmente, el juez dictó sentencia a favor de María Jiménez. "Se gastaron un dineral, los dos, pero ella ganó. Llegó un punto que dijo: hasta aquí. Se puso firme y él se relajó". El papel que jugó Alejandro no fue nada fácil: "Yo me sentí en aquel momento como que le había delatado". Desde entonces su padre cortó relaciones con él: "Yo tengo más sentimiento de odio hacia él por el rechazo que me ha hecho a mí. Siempre quise tener una buena relación con él y poder tomarme una cerveza. No ha sido así".
A punto de cumplir 40 años, Alejandro Jiménez asegura que actualmente no tiene un sentimiento de odio hacia su progenitor -quien falleció el 3 de marzo de 2013-. Aunque las heridas continúan abiertas: "Tendría ganas de ir y que me explicase por qué hizo eso en esa época. A veces tengo sueños en los que hablo con él y viene en son de paz, como que no ha muerto. Tengo un trauma", afirmaba.