Si de algo puede presumir Ágatha Ruiz de la Prada (64) es de no tener filtros, y eso a veces le ha dado más de un problema. ¿El último? Toda la polémica despertada tras su desafortunado comentario cuando hablando de su reciente mudanza afirmó que estaba viviendo “sin agua, electricidad, como una gitana’. Sus palabras enfadaron a mucha gente, empezando por Lolita, y las cosas se complicaron aún más cuando el novio de la diseñadora, José Manuel Díaz-Patón, habló también. Ágatha se disculpó, pero el tema sigue trayendo cola, incluso en Sevilla, donde hace unos días presentó su nuevo libro, ‘Todo por un plan’.

Ágatha Ruiz de la Prada en un posado

Ágatha Ruiz de la Prada en un posado.

Alberto Bernárdez SEMANA

¿Cómo te encuentras?

He pasado diez días terroríficos, ya he pedido perdón pero no me importa hacerlo de nuevo. Eso me ha pasado por no pensar las cosas, si pensara más lo que digo no diría ni un uno por ciento.

¿Y por qué no paraste la polémica?

Yo estaba tan contenta viviendo una época de perfil bajo y de repente toda esta historia... Pero estas cosas te crean enemigos para toda la vida y yo soy muy fiel a mis enemigos. Lo dije sin ninguna maldad y cuando vi lo que pasaba inmediatamente pedí perdón. Bueno creo que he abierto sin querer un melón que a lo mejor tenía que abrirse.

"Me da mucha pena la gente que no disfruta con el trabajo. A mí me encanta y es uno de los privilegios de mi vida"

¿Guardas algún rencor?

Yo es que he heredado de mi familia mal oído y mala memoria.

¿Cómo consigues emparejarte con hombres tan diferentes a ti?

La más sorprendida con mis parejas soy yo, la verdad. No me gustan los hombres que son “agatitos”, porque para Ágatha ya estoy yo. A mí me gusta lo diferente.

¿Qué diferencia hay entre esta biografía que acabas de publicar y la anterior, hace unos años?

El anterior era más dramático, este tiene más sentido del humor y está gustando más que el primero, y en él hablo mucho de mi abuela y su obsesión por los planes, entre otras cosas. Ni mi abuela ni mi madre trabajaban, pero eran muy activas. Por mi casa de Barcelona pasaban todos los planes, desde el Rey cuando iba a Barcelona. Siempre había grandes planes.

¿Algún plan no ha respondido a tus expectativas?

El año pasado fui al Baile de la Rosa, invitada por una íntima amiga de Alberto de Mónaco y me decepcionó.

En este libro aparece nuevamente tu ex.

Aquí trato mucho mejor al Innombrable. Con el tiempo he hecho un análisis y me he preguntado que como

he aguantado 30 años con la misma persona y la respuesta es que tener buenos planes une mucho, no me

atrae el dinero, pero sí me atraen los buenos planes.

¿Hay algún plan que no te guste?

No voy a las cacerías. De pequeña iba, ¿eh?, porque teníamos una finca y era el planazo del siglo; me acuerdo que venía Don Juan, el abuelo del Rey, e íbamos a comprar magdalenas, kilos y kilos, y limpiábamos la casa hasta el último punto. Y también venía Luis Miguel Domínguez (padre de Miguel Bosé), que era el tío más atractivo del mundo, una especie de Carlos Herrera... ¡pero torero!

Ágatha Ruiz de la Prada junto a su pareja

Ágatha Ruiz de la Prada junto a su pareja.

Alberto Bernárdez SEMANA

¿Y tu mejor plan?

Ahora ser abuela. Me he pasado veinte años pidiéndole un nieto a mi hijo. Llevo haciendo ropa de bebé mucho tiempo, biberones, sabanitas… y ahora tengo una nieta que es la más guapa del mundo. Y también el trabajo, me parece fundamental.

A mí me encanta trabajar, eso ha sido uno de los grandes privilegios de mi vida, y mi motor. Me da mucha pena la gente que no disfruta con el trabajo. Mi madre no trabajó en su vida, no fue ni al colegio, imaginaos. Entonces, claro, nunca me miró las notas ni nada. Que eso fue muy guay, porque de pequeña me dio mucha libertad. En cambio, yo creo que mi generación hemos sido unos padres demasiado pesados.

¿Cómo va tu mudanza?

Digo que estoy haciendo una mudanza ecológica, me voy llevando a mi casa nueva las cosas que me gustan, mi cocina, los lavabos de corazón, de margarita… Tengo 15.000 libros en cajas, ahora me han aparecido tarjetas de créditos que tenía perdidas hace dos años.

Por cierto, ¿te consideras feminista?

En mi familia las ricas siempre han sido las mujeres y la más rica manda, así que siempre he visto cómo mandaban las mujeres. Mi bisabuela hablaba siete idiomas. Pero mi familia también era muy hippy, mi abuela daba una fiesta todos los domingos y yo la copié y la hacía todos los jueves, reunía a gente muy diversa.